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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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diferencias ya en los hechos, en los sistemas organizativos <strong>de</strong> cada comando. Entristecidas<br />

las masas. Los pasos serían otros los nuevos días tendrían otros rostros...”.<br />

En la noche, el viejo Gerardo Loayza tomó la iniciativa en tono pausado, como solía<br />

hacerlo cuando quería ser convincente, sin exaltarse ni hacer gran<strong>de</strong>s gesticulaciones, dijo<br />

que había llegado el momento <strong>de</strong> ponerle punto final al comunismo, que si el comunismo<br />

prosperaba en Colombia, entonces les quitarían las fincas, el Estado se apropiaría <strong>de</strong> los<br />

niños, el hombre sin libertad individual sería un pobre hombre sin mente, la vida se<br />

volvería colectiva y, las mujeres, “imagínense uste<strong>de</strong>s, la mujer <strong>de</strong> uno como merienda<br />

fresca para veinte machos, pasando <strong>de</strong> cama en cama en sueño calenturiento...¿Qué piensan<br />

<strong>de</strong> las creencias religiosas...? Señores, pues si ahora las ancianas en El Davis tienen que<br />

meterse <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> las camas para rezarle al santo <strong>de</strong> su <strong>de</strong>voción, ¿qué pasaría con la<br />

religión si los comunistas llegan al po<strong>de</strong>r...? Sería el adiós a las creencias que uno como<br />

cristiano lleva en el alma...”. Los argumentos <strong>de</strong>l viejo Gerardo Loayza, el hombre que tan<br />

generosamente había tendido la mano a los comunistas, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo mismo al llegar<br />

la Columna <strong>de</strong> Marcha. Ahora cambiaba radicalmente sus conceptos.<br />

Dijo el viejo Gerardo Loayza articulando frases, sin que el rencor apareciera en la mirada<br />

<strong>de</strong> sus ojos zarcos, que se hacía indispensable la lucha contra los comunistas; que esa lucha<br />

no la librarían solos los liberales <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>l Tolima, los liberales limpios <strong>de</strong> influencias<br />

extrañas. “Estamos apoyados por los directorios liberales <strong>de</strong> Ibagué, Cali y Neiva, con el<br />

visto bueno <strong>de</strong> la dirección nacional liberal. Tenemos el apoyo <strong>de</strong> unos coroneles <strong>de</strong>l<br />

ejército que están dispuestos a darnos un aporte en armas y municiones para combatir<br />

directamente el comunismo en nuestras zonas. Ha llegado el momento <strong>de</strong> ponerle mano y<br />

fin al comunismo...”.<br />

“Eso a mi me cayó supremamente mal. Y para ponerle otro ingrediente, para coronar con<br />

broche <strong>de</strong> oro, dijeron que el gobierno había ofrecido -algo absolutamente <strong>de</strong>sconocido<br />

para mí-, una propina <strong>de</strong> $10.000 pesos, para cada uno <strong>de</strong> los jefes guerrilleros, un cojonal<br />

<strong>de</strong> plata para a<strong>de</strong>lantar la cruzada contra los comunistas. Lo dijo Gerardo, lo ratificaron los<br />

Rada y los Ospina...”. Se informó que estaba a disposición <strong>de</strong> los diez jefes <strong>de</strong>l Estado<br />

Mayor Liberal, un edificio en Bogotá <strong>de</strong> diez pisos y que cada piso sería <strong>de</strong> propiedad <strong>de</strong><br />

cada uno <strong>de</strong> ellos, “con tal que se lograra el triunfo sobre el comunismo...Finalmente<br />

hablaron <strong>de</strong> los ofrecimientos <strong>de</strong> algunas alcaldías para nosotros en los municipios <strong>de</strong><br />

influencia <strong>de</strong> la guerrilla. Al tiempo que se daba como garantía -en las exposiciones <strong>de</strong><br />

Gerardo, los Radas y los Ospinas-, que el liberal que le quitara un arma a un comunista<br />

sería el dueño <strong>de</strong>l arma; quien tomara un caballo o ganado a los comunistas, se quedaría<br />

con ellos. Los estímulos para la otra guerra <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la guerra que estábamos librando<br />

contra el gobierno. La guerra entre nosotros...”.<br />

A Pedro Antonio Marín, sosegado por el control que ejerce sobre sus palabras, esa noche se<br />

le salió el toro. Dejándose llevar por una tempestad verbal y solitario quedó ante la inmensa<br />

y eficaz palabrería liberal. “Me disgusté mucho, me puse incómodo, me calenté en la<br />

sangre y los ofendí en tonos hirientes, porque les dije salivando frente a sus rostros: estos<br />

planteamientos no son <strong>de</strong> liberales, son planteamientos <strong>de</strong> conservadores. Esa lucha contra<br />

los comunistas que tienen un carácter oficial, nos va a <strong>de</strong>struir a los unos y a los otros. A<br />

los sobrevivientes <strong>de</strong> los dos bandos o los vencedores <strong>de</strong> esta guerra inútil y absurda, los<br />

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