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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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<strong>de</strong> nosotros, que en las últimas, afrontaríamos la guerra. Como quien dice, meterle el <strong>de</strong>do a<br />

la guerra y salir a la estampida…”.<br />

Nosotros consi<strong>de</strong>ramos que el frente <strong>de</strong>mocrático no <strong>de</strong>bía <strong>de</strong>cidir el conflicto, era una<br />

responsabilidad <strong>de</strong>l Estado Mayor y <strong>de</strong> la dirección política. Se discutía sobre problemas<br />

esencialmente político-militares. La <strong>de</strong>mocracia también peca por sus errores y son más<br />

dolorosos cuando a vidas humanas se refiere…Les faltó a los dirigentes políticos el olfato<br />

afinado para interpretar la situación que nos acosaba. No creo que era el momento preciso.<br />

Nosotros hemos creído y siempre seguiremos creyendo que no fue una <strong>de</strong>cisión afortunada<br />

la <strong>de</strong> rehabilitarnos con ellos…”.<br />

Resultó elegido Pedro Antonio Marín como <strong>de</strong>signado para representar a El Davis en las<br />

conversaciones con los liberales para terminar la guerra. “Ahí empezó el problema<br />

conmigo. Yo dije: no puedo aceptar. Nos hemos equivocado. Tres meses atrás esa<br />

propuesta pudo haber sido justa, ahora no porque será fatal. Ellos son unos traidores y no<br />

quiero, no pue<strong>de</strong>n obligarme a tener relación con esa gente…”. En la comisión nombraron a<br />

Jesús Antonio Marín, hermano <strong>de</strong> Marulanda. El concurrió a la cita con cincuenta hombres<br />

a un sitio intermedio entre El Davis y La Ocasión y en la tar<strong>de</strong> regresó cabizbajo. Le contó<br />

a su hermano, esa gente consi<strong>de</strong>ra que nosotros estamos doblegados; que la propuesta<br />

nuestra <strong>de</strong> un posible arreglo, es la lastimosa aceptación <strong>de</strong> que estamos en condiciones <strong>de</strong><br />

inferioridad. “Me dijo el hermano mío, lo noté muy agresivo y con palabras <strong>de</strong>scompuestas<br />

para la comisión liberal. Yo creo que la cosa va a empeorarse, dijo.<br />

...”En el Estado Mayor se analizó con frialdad el resultado <strong>de</strong> la entrevista y se concluyó<br />

que “eso <strong>de</strong>pendía precisamente <strong>de</strong>l papel que nosotros tuviéramos en la claridad con esa<br />

gente para buscar una solución <strong>de</strong>finitiva…”. En la siguiente entrevista, los liberales<br />

hicieron con aires <strong>de</strong> fuerza una exhibición <strong>de</strong> armas. <strong>Las</strong> recogieron en los comandos para<br />

esa <strong>de</strong>mostración.<br />

Marulanda se retiro <strong>de</strong> las conversaciones, no quiso participar en algo tan doloroso para él<br />

y, “dijo el hermano mío que se firmó un documento pequeñito, unas hojitas, en las cuales<br />

las dos fuerzas se comprometían a no agredirse en el futuro. Pienso que el tal documento<br />

era como una especie <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l día. Pero en la dirección política nunca se habló <strong>de</strong> un<br />

documento <strong>de</strong> esa naturaleza. Tampoco en el Estado Mayor se discutieron los acuerdos<br />

escritos, en el frente <strong>de</strong>mocrático no se hizo. El método que usábamos era distinto.<br />

Cualquier novedad en el comando, en las horas <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> se comunicaba a la tropa y a la<br />

población civil para indagar sobre su opinión. Es <strong>de</strong>cir, por<strong>de</strong>bajiaron la <strong>de</strong>mocracia, la<br />

<strong>de</strong>jaron renca…”.<br />

En apariencia se normalizó la situación, daba la impresión <strong>de</strong> que se había logrado mediar<br />

en el conflicto entre las dos facciones. “Nosotros no los volvimos a atacar, ellos no<br />

volvieron a atacarnos, no nos volvimos a buscar para darnos tiros…”. Pero se recru<strong>de</strong>ció la<br />

guerra <strong>de</strong> las diferencias, con el filo <strong>de</strong>l cuchillo que hiere las palabras. La <strong>de</strong>savenencia<br />

verbal para levantar escama en el espíritu <strong>de</strong> los combatientes y en la población civil.<br />

Sembrar la duda. Todo porque en El Davis, por circunstancias específicas <strong>de</strong> difícil<br />

solución, se promulgó un acuerdo conocido como el Comunismo <strong>de</strong> Guerra. La resolución<br />

fue expuesta por la dirección política y contó con el apoyo <strong>de</strong>l Estado Mayor. Consistía en<br />

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