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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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“Eso fue prolongado, algo así como más <strong>de</strong> un año…”<br />

La discusión franca era un pesado lastre, las argumentaciones verbales insuficientes para<br />

<strong>de</strong>tener la contienda absurda entre combatientes, conocedores hasta la saciedad <strong>de</strong>l terreno<br />

que pisa, en un equilibrio <strong>de</strong> fuerzas humanas dominio sobre el arte y las tácticas<br />

guerrilleras. El Sur <strong>de</strong>l Tolima sería el escenario geográfico <strong>de</strong> una lucha cruel y dolorosa<br />

entre hombres, que un día <strong>de</strong>cidieron que alzarse en armas era lo único que podría<br />

preservarlos vivos. Antes morir en la trinchera que doblegarse. La ley. Cada uno <strong>de</strong>fien<strong>de</strong><br />

sus convicciones, su razón <strong>de</strong> ser, la implantación <strong>de</strong> la verdad. No es posible la cuerda<br />

floja <strong>de</strong>l frío razonamiento. Los unos son liberales limpios sin mezcla <strong>de</strong> extrañas<br />

i<strong>de</strong>ologías, puros y transparentes, <strong>de</strong>cididos a mantener, no importa el costo humano, la<br />

tradición <strong>de</strong> su pensamiento, Los otros, los comunistas, los comunes, los acérrimos<br />

enemigos <strong>de</strong> la propiedad privada, enemigos <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n establecido. El crudo individualismo<br />

liberal y el excesivo sentimiento <strong>de</strong> completo igualitarismo <strong>de</strong> los comunistas.<br />

Subestimación comunista <strong>de</strong> la real fuerza y <strong>de</strong> la influencia <strong>de</strong> los Loayza; falta <strong>de</strong><br />

capacidad <strong>de</strong> persuasión. Orgullo liberal <strong>de</strong> caudillos locales que veían amenazados sus<br />

dominios. Los unos y los otros se vistieron con ropaje <strong>de</strong> liberales y comunistas para<br />

<strong>de</strong>cidir al cara y sello <strong>de</strong> la contienda bélica quién era el portavoz <strong>de</strong> la verdad. “lanzamos<br />

la ofensiva contra ellos, ataques violentos. Nosotros <strong>de</strong>jamos <strong>de</strong> pelear a la <strong>de</strong>fensiva y<br />

entramos a la ofensiva, a ocuparles sus comandos mayores, ataques en los cuales resultaban<br />

seis, ocho o diez muertos nuestros, sin saber <strong>de</strong> los muertos <strong>de</strong> ellos, que <strong>de</strong>bían ser<br />

muchos. No <strong>de</strong>jamos comando sin atacar: les atacamos La Ocasión, El Agarre, La Palma,<br />

por Herrera les atacamos Bilbao, por don<strong>de</strong>quiera que sabíamos que estaban, por ahí les<br />

caía con furia la gente nuestra. O sea en una ofensiva total…”. Comisiones <strong>de</strong> El Davis <strong>de</strong><br />

doscientos hombres, comisiones <strong>de</strong> los liberales en igual número, en una dura contienda,<br />

fatal en el lenguaje <strong>de</strong> la guerra.<br />

“Se puso la vida muy tremenda. En El Davis, en el propio comando tenían que citar o<br />

formar tres veces al día a los guerrilleros para darles ór<strong>de</strong>nes, para que salieran en<br />

comisiones. Pero hubo veces que tuvieron que hacerlo en la noche porque en el día ¡pum!,<br />

estaban en formación, cuando alguien caía muerto o herido, pues <strong>de</strong> La Ocasión muy listos<br />

disparaban. No se podía salir al patio a tomar aire. Los comandos eran muy visibles: El<br />

Davis en un alto y La Ocasión en una baja, pero cercanos”, recuerda Graciela la hermana<br />

menor <strong>de</strong>l viejo Gerardo.<br />

Asedio durante el día, implacable y permanente, sin <strong>de</strong>scanso como si estuvieran jugándose<br />

el <strong>de</strong>stino; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los sitios dominantes los grupos <strong>de</strong> fusileros liberales, atentos,<br />

relevándose para que no se perdiera el calor <strong>de</strong>l cuerpo en la trinchera, no permitían que se<br />

moviera el personal en El Davis. Afiebrados, el pulso tenso para no soltar la visibilidad <strong>de</strong>l<br />

enemigo. En el comando comunista se construyeron fortificaciones circulares, se cavaron<br />

profundas trincheras para soportar el cerco <strong>de</strong> los liberales como topos en sus madrigueras<br />

<strong>de</strong>fendiéndose, comunicándose, moviéndose en los diversos flancos. El tiempo paralizado.<br />

En una comisión que venía <strong>de</strong> El Saldaña, llegaron Charro, <strong>Tirofijo</strong> y Joselito -recuerda<br />

Jaime Guaracas-, y en reunión <strong>de</strong>l mando concluyeron sobre la necesidad <strong>de</strong> romper el sitio<br />

que los liberales limpios habían impuesto al comando <strong>de</strong> El Davis. Había que hacerlo<br />

abriendo fuego, peleando. En la madrugada se ubicaron en el camino que conducía a La<br />

Verbena, a diez minutos <strong>de</strong>l comando central. Los liberales bien parapetados, dominando el<br />

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