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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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Sus padres, Rosa Delia Marín Gallego y Pedro Pablo Marín Quiceno, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tempranas<br />

horas <strong>de</strong> la madrugada estaban <strong>de</strong> pie, cumpliendo como una promesa sin falta, laborando<br />

los dos con fervor la tierra. Escucha aún el sonido <strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong> los dos, alumbradas <strong>de</strong><br />

consejos que le dijeron <strong>de</strong> lo obligatorio y necesario para el hombre y la mujer <strong>de</strong>l quehacer<br />

diario en el trabajo, como medio <strong>de</strong> subsistencia y <strong>de</strong> reafirmación en la formación <strong>de</strong> ser<br />

un hombre cabal frente a los compromisos <strong>de</strong> la vida. Los <strong>de</strong>beres a cumplirse<br />

inexorablemente. La moral inculcada por ellos se <strong>de</strong>finía en que “<strong>de</strong>bíamos ser gente<br />

honorable, gente tratable y gente sin costumbres dañinas. Cosas que siempre le hacen<br />

recordar a uno, el tiempo que vivió en junta <strong>de</strong> ellos, los viejos...”.<br />

Una familia gran<strong>de</strong>, cinco hermanos <strong>de</strong> padre y madre. Con Rosa Delia, su madre, el padre<br />

hizo vida común en una finca “<strong>de</strong> un poco más <strong>de</strong> veinte hectáreas en su conjunto, cultivas<br />

en café, yuca, plátanos. Clima cafetero, don<strong>de</strong> la siembra <strong>de</strong>l plátano se hacía para que<br />

durara diez, quince o treinta años. Tierra <strong>de</strong> plátanos. La yuca muy buena, lo mismo el<br />

fríjol, el café, la caña. Tierras buenas...”.<br />

“Mi padre era el más pobre <strong>de</strong> la familia...”. Los tíos en cambio poseían fincas <strong>de</strong> cien,<br />

ciento cincuenta, doscientas hectáreas, cafeteras; cultivadas en pasto, caña. “Mi padre no<br />

era un hombre <strong>de</strong> negocios, no le gustaba <strong>de</strong>berle a nadie cinco centavos. Al acabársele los<br />

recursos <strong>de</strong> cosecha a cosecha prefería arañar el tiempo con lo que pudiera, pero no se iba<br />

al pueblo a buscar crédito <strong>de</strong> ninguna especie. Los tíos al contrario querían quedar <strong>de</strong>biendo<br />

hasta el saludo. Al iniciar cualquier negocio, lo primero que indagaban: “¿Cuánto va a ser<br />

el plazo que me va a dar...? Negociantes…”.<br />

La finca, situada en la vereda <strong>de</strong> El Rosario, cerca <strong>de</strong> Ceilán, en el Valle, con el trabajo<br />

familiar invertido daba para el sostenimiento <strong>de</strong> la familia y “sobraban unas pocas monedas<br />

para los gastos extras”.<br />

Pedro Antonio Marín fue el mayor <strong>de</strong> los cinco hermanos. De mayor a menor, él, Rosa<br />

Helena, Jesús Antonio, Obdulia y Rosa María. Al resto <strong>de</strong> sus hermanos no alcanzó a<br />

conocerlos en su crecimiento. Des<strong>de</strong> los doce años, él quería ya ser un hombre<br />

in<strong>de</strong>pendiente, conocer otras distancias, vivir otras honduras.<br />

Génova fue una región <strong>de</strong> progreso rápido, por la actitud <strong>de</strong> sus pobladores hacia el trabajo,<br />

impulsados por la aspiración <strong>de</strong> cada quien a conseguir y acumular un patrimonio<br />

consi<strong>de</strong>rable. La ambición <strong>de</strong> colonos. Ese cerrado y pequeño mundo recién <strong>de</strong>scubierto en<br />

sus montañas a comienzo <strong>de</strong> siglo, se movía febril y aceleradamente. Producía café, fríjol;<br />

al final tomó fuerza y vuelo económico el cultivo <strong>de</strong> café y todo culminó siendo una zona<br />

cafetera por excelencia.<br />

A Génova lo fundaron en la playa <strong>de</strong>l río San Juan, sobre una vega, que según la ubicación<br />

geográfica que nunca falla en Manuel Marulanda Vélez, “parecía la cola larga <strong>de</strong> un gurre,<br />

un armadillo en camino plano, en la mitad <strong>de</strong>l río, porque no tenía para don<strong>de</strong> exten<strong>de</strong>rse.<br />

Loma a lado y lado, que crecieron en cafetales… El abuelo fue colono fundador y llegó a<br />

poseer gran<strong>de</strong>s propieda<strong>de</strong>s...”. En los tiempos <strong>de</strong> cosecha se utilizaba mucha mano <strong>de</strong><br />

obra, lo que influyó en el caserío hasta hacerse un pueblo, con rostro <strong>de</strong>finido y planeadas<br />

calles, su iglesia y parque y la organización <strong>de</strong> un municipio con ciertos elementos <strong>de</strong><br />

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