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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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que llegamos a don<strong>de</strong> había un árbol y le digo: cójase <strong>de</strong> esta vara y parece, cuando él se<br />

coge <strong>de</strong> la vara y le digo: Suéltese <strong>de</strong> la vara, le dije, para examinar si en verdad le habían<br />

partido la pierna, y como vi que no se dobló, le dije: No le han partido nada, mire,<br />

solamente lo han herido, pero no le han partido la pierna, saque ánimos porque estamos en<br />

una situación difícil, y lo importante era buscar pronto el contacto con los compañeros,<br />

rápido para sacar a Isaías. Seguimos buscando el trillo <strong>de</strong> los compañeros, hasta que dimos<br />

con el trillo y localizamos al primero; entonces yo le digo: Mire, es urgente, comuníquele a<br />

Tula que tuvimos un fracaso, y le dije: mire nos encuentra en esta dirección, porque Lozano<br />

ya podía andar. Cuando subimos a un filito con Lozano, Isaías todavía estaba peleando, se<br />

escuchaban los tiros <strong>de</strong>l fusil <strong>de</strong> Isaías; tiro a tiro, pero tiros que uno sentía como propios,<br />

hasta que el ejército le avanzó, cerraron fuego sobre Isaías y le lanzaron como 7 granadas,<br />

lo remataron finalmente con una granada...Cuando llegaron los muchachos, muchos <strong>de</strong><br />

ellos llorando, <strong>de</strong>cían: Vamos a rescatarlo, vamos, si nos matan que nos maten pero lo<br />

sacamos...Pero era imposible, ya el ejército se había apo<strong>de</strong>rado <strong>de</strong>l sitio...Solo Lozano y yo<br />

fuimos los últimos que vimos vida en los ojos <strong>de</strong> Isaías Pardo...”.<br />

Isaías Pardo, era todavía un hombre bastante joven, una hermana <strong>de</strong> Manuel era la mujer <strong>de</strong><br />

Isaías Pardo, familiares los dos, como fueron cuñados Manuel y Jacobo Prías Alape. Jacobo<br />

Arenas recuerda a Isaías Pardo: siempre estaba vestido <strong>de</strong> tigre, uniforme <strong>de</strong> traje <strong>de</strong> fatiga.<br />

Yo digo que es uno <strong>de</strong> los hombres más excepcionales que he conocido en este tipo <strong>de</strong><br />

lucha. Nunca se le notaba el cansancio, parecía un roble su cuerpo en el día y en la noche.<br />

Un hombre lleno <strong>de</strong> entusiasmo, <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión, <strong>de</strong> juventud, porque él no tenía tiempo sino<br />

para pensar en la lucha, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se inició en ella. Cómo hacer esa lucha <strong>de</strong> la mejor<br />

manera, cómo obtener todos los días nuevas victorias, cómo hacer que sus hombres fueran<br />

<strong>de</strong> la misma calidad que él, siendo su jefe: valientes arrojados, que no pensaran sino<br />

únicamente en la lucha. El <strong>de</strong>cía: no vayan a creer que porque somos un pequeño grupo no<br />

tenemos po<strong>de</strong>r, nosotros tenemos mucho po<strong>de</strong>r, porque nosotros nos confundimos con esta<br />

tierra, porque nosotros nos confundimos con la selva, nosotros somos como el agua,<br />

nosotros somos parte integrante <strong>de</strong> la naturaleza. Decía Isaías Pardo que no era un hombre<br />

culto, que no era un hombre ilustrado. Pero era un hombre capaz <strong>de</strong> captar muchas cosas.<br />

Seguramente no había cursado toda la primaria, seguramente se había quedado en el primer<br />

año <strong>de</strong> sus estudios. Pero él, muy acucioso, cargaba una libreta y unos papeles, y hacía ya<br />

rayas, dibujaba algunas letras, tal vez escribía algo. El no leía, porque recuerdo que él le<br />

pedía a alguien que le leyera un libro para oír, entre otras cosas le hacía críticas al libro.<br />

Decía Isaías Pardo, el que ha escrito el libro está equivocado, por esta cuestión, en fin,<br />

acertaba.<br />

Isaías Pardo se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir como un guerrero. El nunca -pue<strong>de</strong> ser que tuviera errores en<br />

sus concepciones militares, porque entre otras cosas, <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> él iba a sacar esas<br />

concepciones-, pero en toda su magnitud se le pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finir como un guerrero nato, había<br />

nacido para eso. La guerra era su interés básico, todo lo que tuviera relación con la guerra,<br />

lo apasionaba. Lo primero eran sus hombres -seguramente no sabía analizar el estado<br />

anímico <strong>de</strong> sus hombres-, pero estaba alerta a consi<strong>de</strong>rar cualquier problema que tuviera<br />

alguno <strong>de</strong> ellos. Cuando mandaba a formar el personal y alguno <strong>de</strong> sus hombres ponía cara<br />

<strong>de</strong> aburrimiento, Isaías se le dirigía, y bueno a usted que le pasó, “¿es que ta aculillado?...<br />

¿está cagado por el hijueputa miedo, o qué es? Vamos que ahoritica vienen los hermanos<br />

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