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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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gran<strong>de</strong>s caballadas para aumentar el pecunio personal. Bajo la sombra protectora <strong>de</strong> la<br />

policía -policía propia en muchos casos-, se <strong>de</strong>dicaron a montar un fecundo negocio: cobrar<br />

impuestos por entrada y salida <strong>de</strong> cargas <strong>de</strong> café sacadas por pequeños propietarios. Habían<br />

montado una red o una telaraña que servían <strong>de</strong> vigilancia, así como les servían para<br />

fomentar el pillaje. Ese grotesco e incontrolable pillaje, se convirtió en una célebre<br />

competencia para ver en la práctica, quién era el más sobresaliente <strong>de</strong> los comandantes, en<br />

esa guerra <strong>de</strong> las vacas y <strong>de</strong> las mulas. “Gente que había abandonado para siempre su razón<br />

y su conciencia, <strong>de</strong> por qué un día tuvieron que enmontarse. Ahora, su po<strong>de</strong>r y su influencia<br />

conseguidos en la contienda bélica, lo utilizaban para acrecentar sus apetitos <strong>de</strong>sbordados.<br />

Cambiaron su antigua visión <strong>de</strong> lucha; muchos <strong>de</strong> los generales <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>l Tolima se<br />

enriquecieron, otros se elevaron en importancia sobre la tierra en la pura imaginación, pero<br />

siguieron siendo como siempre, pobres infelices. Los que pusieron el pecho a las balas, los<br />

combatientes rasos, arrepentidos, ahora protestaban, porque habían ascendido a jefes a<br />

quienes en la pacificación, se aprovechaban <strong>de</strong> sus esfuerzos en la guerra. Olvidaron las<br />

necesida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> sus combatientes, le dieron la espalda a sus regiones. “<strong>Las</strong> muertes por<br />

venganza continuaron a granel, las muertes por la ambición <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r local, continuaron a<br />

diario”. “Eso agravaba, incluso, sus problemas internos. Claro, que ellos arreglaban o<br />

finiquitaban sus problemas a tiros, <strong>de</strong> frente o por la espalda”. No existía otro lenguaje<br />

distinto en esa terrible lucha por la implantación <strong>de</strong> las influencias absolutas. Los<br />

comandantes guerrilleros liberales mandan a matar, sin contemplación o mediación <strong>de</strong><br />

diálogo, a sus inferiores. Los principales jefes agrupan a sus hombres con el pretexto <strong>de</strong><br />

cumplir con los compromisos con el gobierno y comienza una <strong>de</strong>spiadada ofensiva contra<br />

sus antiguos compañeros <strong>de</strong> armas, los más débiles, los que piensan distinto, los que<br />

plantean en el transcurso <strong>de</strong>l año 58, un arreglo con los comunistas, como Vencedor,<br />

Chispas, los Rubiano, jefes <strong>de</strong> poca monta, exigua influencia. Se recru<strong>de</strong>ce, se acerca la<br />

<strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l mando entre los dos principales jefes guerrilleros, el general Leopoldo<br />

García, Peligro y el general Jesús María Oviedo, Mariachi, los dos gobiernistas, los dos<br />

ambiciosos hasta morir <strong>de</strong> sed. “Peligro se vuelve implacable persiguiendo a sus hombres,<br />

los acusa <strong>de</strong> <strong>de</strong>litos contra la ley, si no existen, él los inventa. Situación que aumenta el<br />

malestar en sus filas. Porque corre el rumor, por cierto verda<strong>de</strong>ro, que en Marquetalia no se<br />

entrega a nadie, se le castiga si ha cometido un <strong>de</strong>lito, aplicándole las normas establecidas<br />

por el movimiento. Peligro, al entregar a sus hombres, quería eludir sus responsabilida<strong>de</strong>s<br />

ante las autorida<strong>de</strong>s. En simulacros quieren <strong>de</strong>mostrar sus ingentes esfuerzos en <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong><br />

la pacificación; ellos mismos planean acciones <strong>de</strong> pequeños grupos, luego se reparten el<br />

botín, <strong>de</strong>spués, organizan la persecución o el asalto en los caminos a los hombres que<br />

anteriormente habían usado en la acción. Comienza el boleteo contra los campesinos, para<br />

sustraerles mediante la amenaza y la extorsión, dineros y bienes. Sus cartas anunciadoras <strong>de</strong><br />

la muerte llegan como palomas mensajeras <strong>de</strong> mal agüero a los caseríos. Por físico<br />

cansancio, escondiendo el miedo entre las cobijas, los campesinos terminan por quitarles<br />

apoyo...”.<br />

Ante lo complejo <strong>de</strong> la situación, se <strong>de</strong>bía abocar sin mediaciones, la discusión seria y<br />

profunda para asumir <strong>de</strong>cisiones perentorias. En Marquetalia se reúne la conferencia<br />

guerrillera, con la asistencia <strong>de</strong> un miembro <strong>de</strong>l central <strong>de</strong>l partido comunista, la<br />

participación <strong>de</strong> las organizaciones internas y la representación <strong>de</strong> las zonas <strong>de</strong> la periferia,<br />

con el fin “<strong>de</strong> sentar una política que respondiera a los retos planteados por la aplicación <strong>de</strong><br />

la pacificación. Se hizo la conferencia, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la <strong>de</strong>bida consulta en todos los niveles<br />

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