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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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al árbol mayor, conocido como el arriador, trabajo <strong>de</strong> cien a doscientos campesinos, con<br />

sus herramientas, sus machetes, con la comida en las mochilas, es <strong>de</strong>cir, con el bastimento<br />

necesario. Al hombro se transportaban las masas <strong>de</strong> café <strong>de</strong> un año, el colino <strong>de</strong> plátano<br />

<strong>de</strong> seis meses y se esperaba como muy tensionados a la noche. Al escuchar el estruendo <strong>de</strong>l<br />

árbol madre, el árbol arriador que al caer se llevaba como viento huracanado a los<br />

árboles picados y éstos al caer arrastraban con los árboles débiles y mucho rastrojo y<br />

cuando uno menos imaginaba, ya tenía ante sus ojos un abierto en la montaña, un<br />

enjambre ya en tierra. Venía la siembra <strong>de</strong> los cafetos y los colinos y quien los veía dos<br />

días <strong>de</strong>spués, <strong>de</strong>cía: Por lo menos tiene ocho meses <strong>de</strong> sembrado el café y los colinos otros<br />

seis meses. Los cafetos ver<strong>de</strong>citos. Al enterarse los latifundistas, se encalambraron por el<br />

temor. Comisiones <strong>de</strong> los señores terratenientes fueron a visitar a los <strong>de</strong>l gobierno<br />

<strong>de</strong>partamental, a los señores <strong>de</strong>l ejército, a los señores <strong>de</strong> la policía. Pero la Ley establecía<br />

que el <strong>de</strong>nuncio <strong>de</strong>bía hacerse veinticuatro horas <strong>de</strong>spués y el <strong>de</strong>nuncio siempre llegaba<br />

tar<strong>de</strong> al <strong>de</strong>spacho, porque por lo regular los latifundistas se enteraban <strong>de</strong> la tumba <strong>de</strong> la<br />

montaña cuatro o cinco días <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l suceso.<br />

“Se formó el gran escándalo, porque acudieron las primeras comisiones <strong>de</strong> policía.<br />

Nosotros alegando el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> las veinticuatro horas, peleando los quince días o el mes<br />

<strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> posesión sobre la tierra. La ley nos cobijaba a nosotros. Los señores <strong>de</strong> la<br />

tierra se pusieron muy asustados y ejecutaron al gobierno en una forma muy acelerada.<br />

Nosotros seguimos con la tumba <strong>de</strong> montañas y llegaron los tiempos <strong>de</strong> las quemas, los<br />

tiempos para sembrar. Los latifundistas con la iniciativa <strong>de</strong> hacer firmar documentos a los<br />

campesinos, <strong>de</strong> las tierras ya cultivadas. Vino la orientación <strong>de</strong> los compañeros<br />

nombrados, es <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> Cuellar y Bolívar, <strong>de</strong> no firmar documentos <strong>de</strong> ninguna especie.<br />

Era el invento para <strong>de</strong>jar al colono maniatado bajo el control <strong>de</strong>l hacendado...”.<br />

“Así en esas condiciones siguió la lucha un largo período, <strong>de</strong> sinsabores, <strong>de</strong> satisfacciones,<br />

<strong>de</strong> sentirse uno más firmado en su pensar. En 1938, a la Ley <strong>de</strong> tierras la fueron volviendo<br />

más favorable para los hacendados y nosotros fuimos perdiendo peso bajo esa Ley;<br />

entonces la ley <strong>de</strong> nosotros fue la unidad para hacer respetar los <strong>de</strong>rechos adquiridos. En<br />

ese año <strong>de</strong>l mismo 38, en las elecciones votamos por los candidatos comunistas que <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />

el comienzo ya estaban metidos en los conflictos <strong>de</strong> tierras. En El Limón, la región<br />

iniciadora <strong>de</strong>l movimiento, sacamos una buena cantidad <strong>de</strong> votos, alcanzamos dos<br />

renglones para el concejo <strong>de</strong> Chaparral y yo fui elegido, lo mismo que Agustín Palomino<br />

<strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> Yaguará. La oportunidad <strong>de</strong> conocernos y entrar en común <strong>de</strong> acuerdo<br />

para ayudarles a esa comunidad que había sido muchas veces invadida por los<br />

latifundistas Alvira y Castilla. Les habían robado sus tierras, cercando las llanuras <strong>de</strong> su<br />

comunidad, sacándoles el ganado, <strong>de</strong>jándolos sin agua y sin propiedad, a ellos, dueños <strong>de</strong><br />

esas tierras <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tiempos sin ojos en la memoria. Así empezó la solidaridad entre<br />

campesinos e indígenas. Claro que nosotros novicios en esa responsabilidad <strong>de</strong> concejales,<br />

pero <strong>de</strong> todas maneras, fuimos haciendo las veces. El principal era Pedro J. Abella que<br />

venía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Bogotá y el suplente <strong>de</strong> Palomino era Pablo Oyola. Nos turnamos con Abella,<br />

en verdad muy apoyados por el vocinglerío <strong>de</strong> las barras <strong>de</strong> los campesinos, en cada uno<br />

<strong>de</strong> los <strong>de</strong>bates”.<br />

“En ese mismo año <strong>de</strong>l 38, cayó asesinado por los latifundistas, el compañero José<br />

Domingo Vargas, miembro muy activo <strong>de</strong> la liga campesina. Fue un tremendo <strong>de</strong>scalabro,<br />

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