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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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con oficiales <strong>de</strong>l ejército. Ellos le respondieron que el problema era estrictamente con<br />

Jacobo Prías Alape, Charro Negro, que Mariachi sólo estaba respondiendo por los ataques<br />

que él organizaba contra su gente, que Mariachi tenía razón en <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse. Le dijeron a<br />

Marulanda, que le enviarían una carta a Mariachi para que atemperara sus acciones<br />

agresivas. “¿Qué tal?”. Demostración <strong>de</strong> enlace que existía entre Mariachi y el gobierno<br />

<strong>de</strong>partamental, <strong>de</strong> Mariachi y los gestores <strong>de</strong> la rehabilitación. La pacificación <strong>de</strong>l Sur <strong>de</strong>l<br />

Tolima se dirigía <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Planadas y no <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Ibagué. Detrás <strong>de</strong> la pacificación, sonriente,<br />

satisfecho por su influencia estaba el Mariachi, ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> sus policías rurales. Alertamos<br />

al partido, el conflicto podría agravarse...”.<br />

Manuel Marulanda se había convertido en el representante directo <strong>de</strong>l movimiento, “para<br />

evitar posibles choques armados con los liberales, posibles choques armados con los<br />

conservadores, para hacer <strong>de</strong>nuncias <strong>de</strong> carácter político ante las autorida<strong>de</strong>s. Pero, al<br />

mismo tiempo, se aprovechó para colocarme a trabajar en una parte más cómoda, como<br />

inspector <strong>de</strong> carreteras y, eso siempre me dificultaba mucho, porque tenía que pedir<br />

permiso para realzar las gestiones políticas. La carretera era la <strong>de</strong> Palermo -Palmira,<br />

haciendo la circunvalación entre Neiva-Ataco-Planadas, para conectarse a la carretera<br />

nacional, pero el trayecto era -o sigue siendo- salir directo a Palmira; una troncal muy<br />

buena, bien planificada, bien hecha. En ese trabajo que duró más <strong>de</strong> un año, no sentí<br />

ninguna impresión, no sentía cosas extrañas, me pareció una situación normal, porque uno,<br />

siempre que va viajando, lleva la mente ocupada en una tarea, va en función <strong>de</strong> esa tarea,<br />

sin echar <strong>de</strong> menos otras cosas. Claro, que la ausencia <strong>de</strong> la vida legal, la ambición <strong>de</strong> los<br />

negocios, el <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> una finca en crecimiento, las fiestas con buen tiempo <strong>de</strong> duración, el<br />

sonido <strong>de</strong>l violín, tantas veces trajinando la tristeza, tantas veces abriéndole los ojos a la<br />

alegría, el violín que tanto me enternecía el alma tuve que cambiarlo por la música <strong>de</strong> un<br />

fusil, en fin, la ausencia <strong>de</strong> la vida legal que fueron más <strong>de</strong> diez años bien pensados, pero<br />

yo no me sentía incómodo cumpliendo las tareas...”.<br />

Su trabajo en obras públicas como inspector <strong>de</strong> carreteras, “era una tarea clan<strong>de</strong>stina, sin<br />

que ellos pensaran que yo seguía siendo un comunista, para que me confiaran muchos <strong>de</strong><br />

sus planes...”. Para los políticos, para los militares, el objetivo era no <strong>de</strong>jar que el<br />

comunismo avanzara en el Sur <strong>de</strong>l Tolima; se hacía necesario <strong>de</strong>saparecer a muchos <strong>de</strong> los<br />

antiguos jefes guerrilleros. “Ellos confiaban que me habían ganado para sus planes,<br />

<strong>de</strong>positaron su confianza en mi. Un juego <strong>de</strong> simulación <strong>de</strong> lealta<strong>de</strong>s, supuestas lealta<strong>de</strong>s, y<br />

cada uno escondiendo el cuchillo <strong>de</strong> su política, el arma <strong>de</strong> sus intenciones. Pero llega el<br />

momento en que uno no soporta ese juego <strong>de</strong> malda<strong>de</strong>s, la ru<strong>de</strong>za <strong>de</strong> lo falso. Uno siempre<br />

quisiera tener el corazón abierto a la sinceridad. Les dije entonces, a los camaradas <strong>de</strong> la<br />

dirección <strong>de</strong> Marquetalia que no podía seguir trabajando como inspector <strong>de</strong> carreteras, sino<br />

hasta marzo <strong>de</strong> 1960, porque consi<strong>de</strong>raba que se habían agotado las fuentes <strong>de</strong> información.<br />

Era todo muy claro, iban a utilizar en sus planes, a los antiguos guerrilleros liberales y el<br />

gobierno, los partidos políticos, el ejército no aparecerían ante la opinión pública, como los<br />

responsables <strong>de</strong> la nueva situación. Como quien dice, que se maten los <strong>de</strong> abajo, son tantos<br />

y pululan por el mundo, que tienen suficiente sangre para <strong>de</strong>rramar...”.<br />

Manuel Marulanda Vélez continuaba como el representante legal <strong>de</strong>l movimiento, que<br />

gestionaba la solución <strong>de</strong> muchos problemas ante las instituciones <strong>de</strong> gobierno; en<br />

comisiones relacionadas con el magisterio, gestiones para conseguir maestros; insistiendo<br />

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