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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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Historias <strong>de</strong> espanto contadas por Manuel<br />

Uste<strong>de</strong>s han oído la historia <strong>de</strong>l duen<strong>de</strong>, ¿si o no? El duen<strong>de</strong>, según los viejos, es una<br />

posible persona <strong>de</strong>l tamaño <strong>de</strong> un metro, pelo largo como crin <strong>de</strong> caballo, una nariz<br />

puntiaguda y los ojos bien a<strong>de</strong>ntro para escon<strong>de</strong>r la mirada, que por naturaleza hace<br />

infinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> malda<strong>de</strong>s y crea todo género <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>s en todo el mundo. Mucha la<br />

<strong>de</strong>streza en su imaginación para hacer picardías. Resulta que en esa época, porque yo no<br />

creo en espantos, cada hombre crea sus espantos, se dice que emproblemaba a los<br />

aserradores perdiéndoles la ma<strong>de</strong>ra lista que tenían para embarcar por el río; a los<br />

campesinos les escondía el machete en el momento <strong>de</strong> estar rozando la maleza, a otros el<br />

canasto en que recogían el café, a otros el hacha cuando la necesitaban para partir la<br />

leña, a otros les embolataba el sombrero que finalmente encontraban en cabeza <strong>de</strong>l<br />

prójimo <strong>de</strong>sconocido, a otros el guarniel en el instante <strong>de</strong> pagar la cuenta, a otros los<br />

zapatos cuando se disponían a coger camino, a otros les perdía sus vacas que resultaban<br />

or<strong>de</strong>ñadas por manos invisibles, a otros el caballo que amanecía amarrado <strong>de</strong> su cola a<br />

una cerca con nudo difícil <strong>de</strong> encontrar sus puntas con las manos. Bueno, el duen<strong>de</strong><br />

hecho un carambas, haciendo diabluras para divertirse. <strong>Las</strong> gentes dicen que su<br />

existencia era un fenómeno real. Cuando algo se perdía <strong>de</strong> fijo se <strong>de</strong>cía, fue el duen<strong>de</strong><br />

que anduvo por ahí.<br />

Entonces las gentes antiguas daban la manera o fórmula <strong>de</strong> cómo atrapar al duen<strong>de</strong>. Así<br />

está escrito en mi memoria. Se hace una chipa <strong>de</strong> bejuco y luego se le saca una cruz.<br />

Entonces para quitarse el duen<strong>de</strong> <strong>de</strong> encima y para que entregue el artículo perdido, uno<br />

se mete la chipa por la cabeza y la <strong>de</strong>ja caer lentamente por todo el cuerpo hasta los pies<br />

y saca los pies <strong>de</strong> la chipa y da tres pasos hacia <strong>de</strong>lante. El duen<strong>de</strong> clava su vista en la<br />

chipa y va ro<strong>de</strong>ando el círculo con su mirada hasta cansarse, dado que él es malo por<br />

naturaleza, se hipnotiza solo, solito <strong>de</strong> tanto girar su cabeza en las vueltas <strong>de</strong>l círculo y se<br />

olvida <strong>de</strong> la prenda. Uno regresa y encuentra lo perdido.<br />

Pero ocurrió que el duen<strong>de</strong> fue a una casa don<strong>de</strong> nadie lo aguataba. Volteaba <strong>de</strong><br />

espaldas los espejos y nadie se veía en persona; a los cuadros <strong>de</strong> las almas <strong>de</strong>l purgatorio<br />

los puso patas arriba y olvidaron sus dominios en los milagros; el fogón <strong>de</strong>jó <strong>de</strong> pren<strong>de</strong>r<br />

can<strong>de</strong>la porque le dio por escon<strong>de</strong>r el humo. Hasta que los dueños <strong>de</strong> la casa se<br />

aburrieron y dijeron en reunión <strong>de</strong> familia: lo mejor es irnos para que el duen<strong>de</strong> haga lo<br />

que quiera <strong>de</strong> esa casa. Dejémosle la casa por su cuenta y nos vamos. De seguro sentirá<br />

alegría en su soledad. Comienza el trasteo y a tres horas <strong>de</strong> camino, el dueño <strong>de</strong> la casa<br />

se percata <strong>de</strong> que le faltaba el pilón para moler el maíz y <strong>de</strong>cidió que <strong>de</strong>bía regresar. De<br />

camino se encontró con el dicho duen<strong>de</strong>, y le preguntó el dueño <strong>de</strong> la casa al dicho<br />

duen<strong>de</strong>:<br />

-¿Usted para dón<strong>de</strong> va con el pilón?<br />

El duen<strong>de</strong> respondió: “Luego, ¿para dón<strong>de</strong> es que nos vamos? Yo voy con el pilón para<br />

allá...”<br />

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