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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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luego, <strong>de</strong>silusionados, creo que para ellos hubiera sido importante encontrar la veracidad<br />

<strong>de</strong> las huellas <strong>de</strong> la Patasola. En la cabeza existen historias que en verdad, a uno le<br />

gustaría un día verlas en la realidad.<br />

“Tenemos que cruzar tres cordilleras como aquella...”<br />

Charro Negro con su imponencia <strong>de</strong> indígena curtido, su pelo erizado <strong>de</strong> hombre que el<br />

tiempo no <strong>de</strong>ja sombras en la piel, pleno <strong>de</strong> vigor y su increíble facilidad <strong>de</strong> palabra, reunió<br />

en el tercer día al personal armado -en los días anteriores él y Manuel Marulanda habían<br />

discutido y acordado los planes pertinentes con los miembros <strong>de</strong> la dirección política <strong>de</strong> El<br />

Davis, que ahora tendrían que seguir huyendo hasta llegar a Villarrica- y, les dijo a los<br />

hombres en la formación: “Uste<strong>de</strong>s han visto a los aviones aflojando propaganda como si<br />

estuvieran poniendo huevos, en la que dicen que la dictadura conservadora cayó y lo<br />

reemplazó un militar llamado Rojas Pinilla, que anda ofreciendo acabar con la violencia<br />

para que la sangre, según él, pueda seguir su río normal en las venas <strong>de</strong> los hombres. Dice<br />

la tal hoja <strong>de</strong> propaganda, que el general está haciendo llamamientos a los guerrilleros para<br />

que se <strong>de</strong>smovilicen, cesen en la lucha y entreguen las armas y participen como civiles en<br />

la llamada pacificación; les ofrece paz, tranquilidad para que regresen a sus tierras y les<br />

garantiza que sus vidas no tendrán un tiro afinado en la espalda”. Con su sombrero alón en<br />

la cabeza, firme, las piernas en ángulo, las manos entrelazadas en la espalda, dijo Charro<br />

Negro a sus hombres: “Ahora nos toca esforzarnos más, porque muchos campesinos han<br />

caído en las re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la ilusión <strong>de</strong> esa paz que les están ofreciendo. Es una ilusión que ha<br />

encontrado buenos oídos y ha puesto a latir el corazón <strong>de</strong> muchos por la emoción. Hay<br />

cansancio en la población con toda razón. Nadie quiere seguir viviendo como fiera<br />

acorralada, nadie quiere ver crecer a los hijos con el azote <strong>de</strong> la muerte en los ojos y, un<br />

respiro <strong>de</strong> paz, pues es apenas natural que muchos quieran aprovecharlo. El Davis se<br />

<strong>de</strong>splomó y se <strong>de</strong>spobló, las familias salieron para sus fincas a buscar rehacer sus vidas y<br />

sus patrimonios perdidos. Nosotros en la dirección tenemos otros planes diferentes a<br />

entregarnos, porque nuestro <strong>de</strong>stino está trazado y, esos planes vamos a cumplirlos.<br />

Sabemos que el gobierno <strong>de</strong> Rojas Pinilla no es el gobierno que necesitamos los<br />

colombianos, el gobierno por el cual hemos trajinado rompiendo montaña, viendo crecer<br />

otra montaña <strong>de</strong> muertos. Es un gobierno militar que hoy o quizá, la otra semana, nos estará<br />

persiguiendo como animales <strong>de</strong> monte. Sus promesas son como una trampa mortal y<br />

nosotros no somos tan inocentes para caer, así, tontamente en esa trampa...”. Y Charro<br />

Negro gesticulando con las manos, dijo ese tercer día a sus hombres: “Hemos oído en los<br />

corrillos, que muchos <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s quieren <strong>de</strong>jar la guerrilla, salir a buscar trabajo en los<br />

pueblos, juntarse con sus familiares...Razón po<strong>de</strong>rosa ese sentimiento y nadie pue<strong>de</strong> sacar<br />

esos sentimientos <strong>de</strong> sus cabezas. Pero, queremos hacerles claridad, es nuestro <strong>de</strong>ber, <strong>de</strong><br />

que lo único seguro en estos tiempos <strong>de</strong> tormenta, es el fusil, cualquier otra ilusión es<br />

meterle tembla<strong>de</strong>ra al cuerpo <strong>de</strong>l hombre. Eso nos enseña la vida, y esta paz no tendrá<br />

mucho tiempo <strong>de</strong> existencia. Vendrán, estoy seguro, nuevos tiempos <strong>de</strong> persecución. No<br />

vamos a entregar las armas que tanta sangre tiene acumulada en sus gatillos. La sangre<br />

nuestra, la sangre <strong>de</strong> tantos que no pudieron huir a tiempo para salvarse. No vamos a<br />

entregarnos empujados por esas promesas escritas en papeles, que siguen volando y<br />

seguirán volando sobre estas montañas como pájaros engañosos...Si quieren tocarnos la<br />

piel, que se acerquen y nos ericen, pero nos van a encontrar armados. Sabemos por la<br />

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