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Las Vidas de Tirofijo

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

Manuel Marulanda Velez, o Pedro Antonio Marin, de su nombre de Bautizo, fue uno de los Hombre perseguido de la historia moderna de Colombia, innumerables veces hemos escuchado la noticia de su muerte, mientras tomábamos juntos a él el primer café de la mañana....

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protesta obrera en que no apareciera en la tribuna portátil, la figura <strong>de</strong>sgarbada <strong>de</strong>l otro<br />

Manuel, fluyendo palabras por su boca <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntada, levantando sus brazos al viento,<br />

vigorosas astas. Discursos directos que abrían la puerta <strong>de</strong> la conciencia a los<br />

manifestantes. Encabezó con sus compañeros la Marcha <strong>de</strong>l Hambre en 1932 y, en la<br />

Antioquia <strong>de</strong> tan arraigado atraso <strong>de</strong> un siglo, no existió un rincón en don<strong>de</strong> no penetrara<br />

con sus i<strong>de</strong>as. En 1933 sale elegido al Concejo <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, el primer concejal comunista<br />

<strong>de</strong> Colombia, Angel María Carrascal, un antiguo y fogoso conservador, creador entre otros,<br />

<strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong> los Leopardos, ahora, por convencimiento, vuelto comunista. El otro Manuel<br />

era su suplente. Angel María Carrascal levantó polvareda con sus formidables <strong>de</strong>bates<br />

sobre el manejo <strong>de</strong> la cosa pública. En uno <strong>de</strong> esos <strong>de</strong>bates fuertes y lacerantes contra el<br />

hijo <strong>de</strong>l general Uribe Uribe, a Carrascal le impidieron a la fuerza el ingreso al recinto.<br />

Entonces fueron a buscar al otro Manuel que trabajaba en su oficio <strong>de</strong> albañil, subido en el<br />

andamio como siempre; él bajó con su overol <strong>de</strong> dril, <strong>de</strong>jó el palustre en el recipiente con<br />

cemento, y con el rostro salpicado <strong>de</strong> pintura y <strong>de</strong>scalzo, llegó al recinto <strong>de</strong>l Concejo <strong>de</strong><br />

Me<strong>de</strong>llín y con la misma fuerza discursiva <strong>de</strong> Angel María Carrascal, continúo el agrio<br />

<strong>de</strong>bate. Luego, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces, calzaría por el resto <strong>de</strong> sus años sus pies con zapatos <strong>de</strong><br />

cuero. En el año 36 <strong>de</strong>jó la tierra natal, la Ceja, al oriente <strong>de</strong> Me<strong>de</strong>llín, su pueblo productor<br />

<strong>de</strong> carne porcina; <strong>de</strong>jó la hermosa imagen <strong>de</strong> Rufina Vélez <strong>de</strong> Marulanda, la abuela materna<br />

que lo crió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niño y le dio los apellidos <strong>de</strong> los abuelos maternos; su abuela, la<br />

comadrona <strong>de</strong> manos maravillosas, que trajo al mundo a infinidad <strong>de</strong> niños, y el otro<br />

Manuel se fue para Bogotá a un llamado <strong>de</strong>l partido comunista. Con su metro ochenta<br />

consumió el frío <strong>de</strong> la capital en un rápido proceso <strong>de</strong> aclimatación, que transformó un poco<br />

el color <strong>de</strong> la piel <strong>de</strong> su rostro, <strong>de</strong> negro achocolatado a negro morado. Fue fundador <strong>de</strong> la<br />

Fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Trabajadores <strong>de</strong> Cundinamarca y su presi<strong>de</strong>nte hasta su muerte.<br />

Un mes <strong>de</strong>spués, el ejército abandona en <strong>de</strong>rrota sus posiciones en El Davis. La población<br />

civil que estaba escondida en la montaña, regresa al poblado y lo reconstruye. En apariencia<br />

la situación sigue sin agitarse en una absurda y tensa atmósfera a punto <strong>de</strong> volverse añicos.<br />

Se organizan -a pesar <strong>de</strong> las amenazas <strong>de</strong> posibles ataques por parte <strong>de</strong>l ejército o <strong>de</strong> los<br />

guerrilleros liberales-, las escuelas políticas dirigidas por Martín Camargo y Pedro<br />

Vásquez, a niveles <strong>de</strong> juventud, comités femeninos y para los hombres. En ese clima <strong>de</strong><br />

incertidumbre se celebra uno <strong>de</strong> los cursos y Pedro Antonio Marín pregunta ansioso, ¿<strong>de</strong><br />

qué se trata el curso? Le respon<strong>de</strong>n: <strong>de</strong> filosofía, <strong>de</strong> economía, <strong>de</strong> marxismo. Se entusiasmó<br />

ante la posibilidad, y dijo: “Si tengo campo, díganme si puedo hacer parte <strong>de</strong>l curso, porque<br />

no me disgustaría hacerlo. Yo he estado mirando por ahí, las obras <strong>de</strong> filosofía, <strong>de</strong><br />

economía, <strong>de</strong> materialismo y esa lectura me induce a nuevas cosas. Se esclarece el mundo.<br />

Éramos unos 35 hombres en el curso. Una noche, la noche anterior a la clausura, hizo<br />

Martín Camargo una brillante intervención, más bien contando la historia <strong>de</strong> Manuel<br />

Marulanda Vélez, un dirigente obrero. Hasta ese momento yo no conocía nada que dibujara<br />

la vida <strong>de</strong>l otro Manuel, tampoco conocía <strong>de</strong>talles <strong>de</strong> su muerte. Yo puse atención <strong>de</strong>bida a<br />

la historia que estaba escuchando, sin saber que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa noche, mi vida llevaría otro<br />

nombre...”.<br />

A comienzos <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1950, los <strong>de</strong>tectives allanaron el viejo local en que<br />

funcionaban las oficinas <strong>de</strong> la Fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Trabajadores <strong>de</strong> Cundinamarca. En una muy<br />

organizada operación entre las nueve a. m. y las cinco <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong>, requisaron las oficinas<br />

encontrando propaganda comunista en que se <strong>de</strong>nunciaba el envío <strong>de</strong> tropas colombianas a<br />

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