Untitled - Datasec

Imagino que si eso ocurriese estando con ellos, la reacción causada por lainesperada aparición de este gran mamífero de costumbres anfibias nodemoraría y me someterían a un completo interrogatorio: ¿Cuánto pesa eseanimal? ¿Estás seguro de que es inofensivo? ¿Qué hace en el puerto tan lejosde la Isla de Lobos?Ante tal asedio, los tomaría de la mano, y los conduciría sin titubear hacia unpuesto cercano donde expiden boletos para viajar a la Isla de Lobos.Una vez allí les mostraría un monitor con imágenes de la inmensa colonia deestos animales en la Isla de Lobos. A su vez, ayudado por un bien diseñadofolleto propagandístico de un viaje diario por mar a las inmediaciones de la isla,les explicaría detalles de las dos especies de estos animales que máscomúnmente existen por allí: los más grandes pero más escasos que son losleones marinos o lobos comunes y los más numerosos y de menor tallallamados lobos finos, cuya piel es muy buscada, aunque afortunadamentedesde 1991 no se realizan matanzas de estos singulares animales.Luego de satisfacer la curiosidad de los chicos y prometer llevarlos a un paseoa la Isla de Lobos en un futuro cercano, los invitaría a seguir haciendo lacircunvalación de la península en el sentido contrario a las agujas del reloj.Continuando el camino y mientras imaginaba distintas situaciones, pocosmetros más adelante al girar hacia el oeste, pasé por puestos de venta deproductos del mar de forma poligonal.Luego seguí caminando y al pasar por el sector de la península más próximo ala Isla de Gorriti, donde se aprecia la estrechez de la boca chica, observé a miizquierda el complejo del Bar El Mejillón.Allí pensé que les contaría donde estaba emplazado el Bar del mismo nombreen el pasado, sobre la calle 31, apenas se ingresaba a la península desde laclásica entrada de la costanera de la Playa Mansa.Luego seguiríamos girando hacia el sur por la rambla Gral. Artigas y al tiempoque avanzáramos les hablaría algo sobre el estado del tiempo en Punta delEste.11