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7. Maldonado, imprevisto destino de una peripeciasudamericanaEl último día de enero de 2010 imaginé tener un encuentro imprevisto con misnietos con motivo del cumpleaños de un amigo de la familia.Estaban muy involucrados con la historia de Antonio y eso me permitiría confiarque de allí en más ellos me ayudarían a encontrar momentos propicios paracontinuar con mi relato. Fue allí cuando pensé que sería oportuno decirles que:- Buena parte de lo que voy a contarles ahora forma parte de la historia deMaldonado y del Río de la Plata.- Quizás haya pasajes de esa historia que no les interesen demasiado en estemomento de sus vidas. Pienso sin embargo que cuando posteriores estudios oinquietudes los lleven a releer o repasar la historia de su país en la etapafundacional que le tocó vivir a Antonio, les resultará difícil no acordarse de él.- Gracias a Antonio la remembranza de todo ese tiempo pasado les resultarátambién conectada a cosas interiores, a cosas personales, y posiblementequerrán ahondar y profundizar en su estudio.- Dicho esto que solo ustedes podrán comprobar en el momento oportuno,vamos ahora a proseguir con el relato:Al anochecer del 24 de febrero, Antonio es embarcado en una falúadesde la fragata fondeada en la bahía y trasladado al embarcaderopróximo a la batería de la aguada.Después fue transportado en una carreta hasta Maldonado y alojado enuna barraca que oficiaba de hospital.Al cabo de dos semanas de un riguroso tratamiento la fiebre bajó ycomenzó a sentirse mejor.Fue allí cuando comenzó a tomar conciencia de dónde estaba y apreocuparse por su futuro una vez que saliese del hospital.86