Untitled - Datasec

La esposa y las hijas del amigo al despedirlo le habían hecho sentir sudesesperación y Antonio dolorido porque conocía a la chica perdida,volvía a su casa conjeturando qué habría pasado y pensando cómopodría ayudarlos.Absorto en sus pensamientos caminaba distraído y sin repararmayormente en la tempranera oscuridad que comenzaba a rodearlo alestar viviendo los días más cortos del año.Todo se arremolinaba, las ideas en su cabeza y el viento muy frío quejunto a la llovizna, presagiaban la cercanía de un temporal.En medio de ese torbellino, al llegar a una esquina, surgió de la nada uncarro cargado con pesado material de construcción que circulaba aconsiderable velocidad. Sus sentidos no lograron percibirlo a tiempo,cuando se detuvo alertado por la presencia de caballos que pasaban asu lado casi galopando, no pudo evitar que la rueda derecha le golpeasecon fuerza en la cabeza.Antonio cayó fulminado sobre la tierra mojada.El carrero se bajó del vehículo gritando y pidiendo ayuda.Poco después el médico y el cura, que junto a varios vecinos se hicieronpresentes junto al cuerpo tendido de Antonio, pudieron comprobar muyperturbados que había dejado de existir ante el brutal golpe recibido.Cuando terminé se hizo un gran silencio, los chicos estaban acongojados.Tratando de distraer la atención les pregunté qué música le gustaba a cadauno.A partir de allí comenzaron a aventurar los distintos gustos musicales y adiscutirlo. El ambiente se distendió un poco y finalmente uno de ellos mepreguntó:- ¿A ti qué música te gusta abuelo?Aproveché el momento para decirles que hay cierta música que es propia de unverano o de una generación, pero que sin embargo existe otra música, como lasentimental que trasciende, y a continuación les digo: cuando escuchen una193