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El comandante de La Infanta estaba al tanto de ello y se habíapreocupado de poder contar durante el mayor tiempo posible conalimentos ricos en vitamina C como el jugo de limón, y las frutas yverduras.Una tarde Antonio observó una animada conversación entre elcomandante y el piloto respecto de si efectivamente estaban en latitud28 grados Norte y al finalizar la misma escuchó al comandante ordenaral timonel poner rumbo al Sur para pasar entre 60 y 70 leguas náuticasde Cabo Blanco en la costa africana de Guinea al tiempo que comentabaque era el rumbo apropiado para evitar encontrarse con piratas.Al otro día Antonio junto a otros tres compañeros debió dedicar toda lajornada a fregar la cubierta de la fragata.Durante la dura tarea pudo escuchar al contramaestre que acodadosobre la borda comentaba con dos veteranos marineros, que estabannavegando a varias leguas al oeste de las Islas Canarias. - Ellas sonprincipalmente siete, decía un marinero orgulloso de sus conocimientos:Alegranza, Fuerteventura, la Gran Canaria, Tenerife, El Hierro, la Palmay la Gomera. Hay otros islotes muy cerca de ellas, pero la mayoríadespoblados, salvo Lanzarote.El contramaestre acotó: la capital de todas es la Gran Canaria; pero alestar el puerto y lo grueso del comercio en Tenerife, es en Santa Cruz,su capital, donde residen el capitán general y el obispo. Existe en ellasmucho comercio, por estar en el rumbo por donde pasan todos losbuques que salen de España para las dos Américas. Tienen seda,aceite, lana, trigo y vino. Respecto de vinos nada más dulce que lamalvasía de Canarias, remató.Al finalizar los trabajos de aquella jornada Antonio se escurrió hacia elcastillo de proa y al tiempo que contemplaba el mar que lentamente seiba llenando de penumbra, pensó en lo distinto que había imaginadoaquel viaje en sus periódicos sueños de partir hacia las Indias. Cuántamás dignidad había reclamado su amor propio para aquella aventura.Sin embargo allí estaba, teniendo que responder a un nombre que no78