Untitled - Datasec

que sus auxiliares anteriores tenían una formación muy inferior a la deAntonio.De allí en más nuestro hombre sirvió como mensajero, repartidor, mozo,escribiente y recepcionista de la Secretaría del Armador con una paga quesólo le daba para comer y pagar la fonda donde vivía.A pesar de trabajar de sol a sol y con un trato bastante indiferente de suempleador, Antonio estaba contento pues la efervescencia de aquellaciudad de ambiente cosmopolita le regalaba diariamente nuevasexperiencias. El armador lo enviaba periódicamente a una prestigiosaMantelería sobre la calle Real, con órdenes de compra para cumplir conpedidos y atenciones a clientes. Antonio hizo amistad allí con Lucía, unajoven dulce y simpática, encargada del turno matutino.Ella disfrutaba ayudando a Antonio con consejillos varios para que se fueraambientando en aquella ciudad que ella amaba.Además, como mujer orgullosa de su género y de su gente, aprovechabacuando podía para contarle historias de heroínas como María Pita o Inés deBen que defendieron valientemente la ciudad cuando los ingleses al mandodel corsario Francis Drake la habían atacado.A su vez en la fonda no le faltó oportunidad de conocer o escuchar hablar apersonas de todo tipo. Desde Andreu, un catalán que había vivido enHolanda, que se había convertido al protestantismo y hablaba loas de laArmada y la religión de ese país, hasta Cosme, un erudito gallego queviajaba mucho a puertos británicos y contaba con cuanto cariño lo recibíanalgunos amigos en Irlanda, Escocia y Gales por su condición de gallego ycompatriota del gran Rey Brian o Breogan en castellano, héroe celta quedesde Galicia había enviado a su hijo a conquistar Irlanda.En cuanto a Escocia, la tradición celta afirmaba que había sido poblada poruna migración de celtas originarios de Galicia.54