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Al mismo tiempo que en Madrid se producían los luctuosos hechosmencionados, en Bayona, Francia, se daba una triste situación para elhonor español que se conoce como las abdicaciones de Bayona.Detrás de la dura represión contra el pueblo madrileño estaba el sinuosoJoaquín Murat, cuñado de Napoleón, que había ingresado a España alfrente de las tropas de ocupación francesas.Murat ignora a Fernando VII que como nuevo rey necesitaba entonces elreconocimiento de Napoleón. Por otro lado los franceses convencen aCarlos IV de que había sido destronado por la fuerza y de esa formahacen converger hacia Bayona por distintos caminos a padre e hijo.Una vez allí y a la merced de Napoleón, se dan distintas instancias queculminan en que primero Carlos IV, a quien Napoleón sigueconsiderando rey de España, abdica en favor de Napoleón Bonaparte.Luego se presiona sobre Fernando VII para que también abdique.Finalmente Napoleón con los destinos de España en sus manos,convence a su hermano José Bonaparte para que acepte ser el nuevomonarca español y Fernando VII es obligado a permanecer recluido conrelativo decoro en un castillo de Francia.Sin embargo, Fernando VII, antes de perder la libertad pudo indicar asus seguidores en España que las juntas provinciales que se formasenpodrían seguir actuando en su nombre.En América se siguió el mismo modelo de juntas provinciales que enEspaña pues se consideraba que José Bonaparte era un soberanoilegítimo, y porque se había conferido a las colonias el mismo estatus deprovincias que las provincias peninsulares.Antonio, y otros ciudadanos fernandinos que se mantenían muy al tantode los acontecimientos europeos gracias a los buques, principalmenteingleses, que periódicamente fondeaban en la bahía de Maldonado,comenzaron a desarrollar a partir de 1808 un sentimiento antinapoleónico,convencidos de que Napoleón era el responsable de laspenurias que vivía España. Al mismo tiempo un comerciante de origenbritánico instalado en Maldonado le había regalado a Antonio un121