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16. Último encuentro en el porche del ChaletEra muy temprano en la mañana del domingo 28 de febrero de 2010.Al despertarme, caminar hasta la playa y quedarme maravillado al contemplaren la bahía de Maldonado las fragatas, bergantines y goletas escuela de casitodos los países de Iberoamérica que estaban allí fondeadas, decidí deinmediato ir a buscar a su casa a mi nieto mayor, aun pequeño, mientraselaboraba mentalmente lo que le diría a él, a sus hermanos y primos cuandofuesen grandes.Cuando llegamos a la playa pude observar la presencia en la bahía de losbuques Juan Sebastián Elcano de España, Libertad de Argentina, Cisne Blancode Brasil, Esmeralda de Chile, Simón Bolívar de Venezuela, Gloria deColombia, Cuauhtémoc de México, Guayas de Ecuador, y Capitán Miranda deUruguay.Estaban allí cumpliendo un día de descanso en el marco de la competenciaconvocada por las armadas de Argentina y Chile con motivo de celebrar losdoscientos años de la independencia de varios países de América. Se llamabaRegata Bicentenario Velas Sudamérica 2010.Al otro día viajarían a Montevideo para participar en los actos relativos a laasunción de Don José Mujica a la Presidencia de la República Oriental delUruguay.Mientras cuidaba de mi nieto que jugaba en la orilla juntando caracoles, creí verdos cosas mientras fijaba mi atención en el Juan Sebastián Elcano. Cómosurgía entre la bruma de mis sueños, la borrosa imagen de La Infanta que 215años atrás había fondeado en aquella misma bahía para permitir descender alprimer de la Fuente hacia estas tierras que nunca abandonaría. Luego, loinevitable para quienes creemos en la condición sobrenatural del hombre:quizás aquel verano había estado cumpliendo con una voluntad no totalmenteimpulsada por mí.191