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1°) que lo felicitaba por tener fe en sus decisiones y al mismo tiempotener la rectitud de estar dispuesto a rendir cuentas por sus faltas.Debería haber priorizado el regreso inmediato al Seminario sin ningúntipo de desvío en cumplimiento de las instrucciones que tenía y sinembargo, viendo la ansiedad que tenía aquel anciano por hablar con él,se había detenido y había dedicado cierto tiempo a comunicarse con él.España y su Iglesia necesitan hombres con vocación para dedicar sutiempo a cada hombre o mujer, a cada alma que merece una atenciónpersonalizada.2°) Respecto del adagio del anciano, Pablo le dijo que él se inclinaba porel opuesto, que decía: “Al que madruga Dios lo ayuda” pues según suexperiencia, y en términos generales, los logros de la vida eran másproducto del trabajo, del esfuerzo y del sacrificio, que de la intuicióngenial.3°) En lo relativo a quién había llevado el maíz a España le dijo sinpretender restarle méritos a Doña Magdalena, que no lo sabía a cienciacierta y que siempre había creído que era parte de lo traído por CristóbalColón de las Indias, un siglo antes que esta Señora, pero como todotarda tanto en llegar a Galicia…4°) Finalmente Pablo le dijo: -te presentaré la principal virtud de lasllamadas virtudes cardinales, aquellas que orientan nuestro tránsito porla vida.Se trata de la prudencia, la virtud que nos enseña a discernir cómo lascosas son en la realidad, aun cuando uno quisiese que fueran de otramanera, para poder luego actuar en consecuencia, de una formageneralmente acertada.Como ves entonces la prudencia, la búsqueda de la verdad, a veces daun poco de trabajo, aun cuando bajo el embrujo de lo conversado conese cálido anciano tú quisieses que lo dicho por él fuese “palabra santa”.Sin embargo Antonio, no te quedes sólo con lo que yo te digo, la próximavez que veas a tu tío Alberto, pregúntale su opinión.30
Tres semanas más tarde recibió la visita de tío Alberto y luego de unbreve intercambio de novedades de familia y amigos por parte deAlberto, Antonio procedió a comentarle sus conversaciones con elanciano desconocido y con el Padre Pablo, pidiéndole a continuación suvisión de lo que había pasado.Tío Alberto sonriendo le dijo:- Antes que nada me alegra mucho la conversación que has tenido condos personas diferentes que te han enseñado cosas interesantes.Con respecto del maíz, lo que cada uno te ha aportado escomplementario y te ha ayudado a formarte una buena idea sobre laintroducción del maíz en Europa a través de España.En cambio sobre los adagios que son luces de la experiencia queiluminan nuestro camino por la vida, te han dicho cosas contrapuestas.Como ves esto comienza a mostrarte algo que es muy importanteentender para tener vocación por educarse y por adquirir conocimientosy experiencia: la vida es compleja.Las personas con escasa experiencia, sin mayor perspicacia, y pocoinstruidas son propensas a pensar que la vida es simple y que el mundoes solo bipolar y antagónico:buenos y malos, ricos y pobres, creyentes y ateos. No son capaces dedistinguir los matices, y de apreciar la gran victoria de la verdad y lalibertad que un mínimo de formación del intelecto y de la experiencia devida nos brinda, para analizar y determinar cómo pensar y actuar encada situación.Fue allí cuando imaginé que un nieto impaciente me interrumpía y mepreguntaba:-¿Qué opinas de la prudencia abuelo, hay que ser ilustrado para ser prudente?Entonces yo le respondería: -no necesariamente, la prudencia se construye nosólo con cultura e instrucción, sino también con experiencia y con sentidocomún.31
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