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Mayo no lograse sus propósitos. Al mismo tiempo Cisneros instruyó aJoaquín de Soria, gobernador de Montevideo para que también hicieselo mismo una vez que él ya estuviese fuera de los límites del Río de laPlata.El 19 de julio, con Cisneros ya muy lejos, y luego de neutralizar unalzamiento en Montevideo por parte de milicias del arma de Infantería,Joaquín de Soria se decide a comunicar a las autoridades de lacampaña el verdadero sentir de Cisneros y las atribuciones que en élhabía delegado.Les advierte: “que no obedeciesen otras órdenes que las de él para elmejor servicio del Rey Fernando VII, y los de la soberana autoridad queen su Real nombre ejerce el Supremo Consejo de Regencia”.Ante esta comunicación que aclara la ambigua actitud de Cisnerosinmediatamente después del 25 de mayo, varios pueblos afines a lalínea de Montevideo y que por la farsa de Cisneros habían reconocido ala Junta de Mayo, proceden a retractarse. Tal fue el caso de Colonia ySoriano.Sólo el Cabildo y pueblo de Maldonado ratificó sin ambages su posiciónanterior. El Cabildo respondió a Soria el 30 de julio, sin reconocerle otroempleo que el de Gobernador de la Plaza de Montevideo, que al díasiguiente convocaría a todos los vecinos para tomar posición.La declaración del Cabildo abierto convocado para el 1ero. de agosto esuna pieza magistral de equilibrio, prudencia, civismo y compromiso.La asamblea resolvió: “que hallándose el pueblo de Maldonado dentrode la jurisdicción territorial de Buenos Aires, mantenía su obediencia a laJunta instalada allí, para asegurar estos dominios a Fernando VII, aejemplo de las Juntas similares constituidas con el mismo designio enEspaña”: Agregaba luego: “que habiendo hecho igual reconocimientotodas las autoridades, el pueblo de la capital (Buenos Aires) y variosotros, sin ofender la opinión de la ciudad de Montevideo, con quiensiempre había de guardarse la mejor armonía y cordialidad, debíaMaldonado no hacer innovación de su actual constitución y dependencia130