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cada hora menos usada: lealtad. Esbozar su biografía, es poner en cada líneaesa palabra. Sería preciso recordar que de la Fuente fue un apellido sonoro yamado desde la iniciación de la vida fernandina. Las viejas paredes de su casasolariega recuerdan los episodios más culminantes de nuestro drama nacional,y a lo largo de la historia llenó siempre con honor los lugares más señalados.Por eso, enunciar sus méritos sería una repetición secular de las virtudes dequienes en la vida le precedieron. Por mi parte, sé que tenía un espíritu que lalucha no había conseguido ensombrecer. Aún sabía sonreír a los amigos, aúnsu mano era firme en el saludo y tibia en la despedida”.A continuación se me ocurre que mis nietos luego de asimilar con emoción elrecuerdo de mi abuelo Rafael me preguntarán con curiosidad: ¿por qué haytantos nombres en inglés en el nombre de tu padre?Sucede que Renee Edye de de la Fuente, esposa de Rafael, era hija delmédico fernandino de nacionalidad inglesa: Dr. John Tyrrell Edye, nacido enExeter, Inglaterra, quien luego de cumplir distintas etapas de su vida queconoce muy bien su bisnieto Roberto de la Fuente Ortiz, que también esmédico, se radicó en Maldonado y desarrolló una extraordinaria labor que lohizo una persona muy querida y reconocida.Una importante calle de Maldonado lleva su nombre.El matrimonio de Rafael y Reneé fue la armónica unión de dos culturas muyricas y complementarias para alguien que pueda amar las humanidades y almismo tiempo las maravillas de la ciencia y la tecnología: España y GranBretaña, dos reinos que han dejado mucho por estos lares.España ha dejado su lengua, su idealismo, su voluntad inquebrantable y lasuprema convicción en los orientales, de que si en cualquier momento unuruguayo sube a un avión y desciende en Barajas o en cualquier otroaeropuerto español, está llegando a algo muy familiar, aunque un pocodiferente, que se llama madre patria.181