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libaneses, herederos de la rica tradición fenicia de comerciantes y navegantes,encontraron en Maldonado los ingredientes afines a sus raíces.Tuvieron diez hijos a quienes educaron con amor pero también con muchaexigencia.Todos fueron profesionales: varios abogados, un médico, una química, unmilitar, un procurador y un bancario.Para la mentalidad de Miguel y Sara, sus dos hijas mujeres no debíanquedarse en su casa sino que debían ir a la Universidad, como la mayoría delos hijos varones. Fue así que María, la hija mayor sintió la vocación de sermédico y luego de terminar los estudios preparatorios en San Carlos, ingresóen Montevideo a la Facultad de Medicina.María había realizado una exitosa carrera y le quedaba poco tiempo pararecibirse cuando la tragedia probó por primera vez el temple de esta familia.María por las exigencias de su carrera sufrió una gran sobre exposición alcontagio de la tuberculosis que en la década del veinte era frecuente y de difícilcura. Contrajo la enfermedad y murió poco después.En tiempos aciagos para la familia la segunda baja fue la de Juan, el hijomayor, abogado de profesión y militante del radicalismo blanco.En el momento de recibir un balazo de una persona que respondía a unenemigo político, Juan se encontraba acompañado de su hermano Manuel enuna confitería de la Ciudad Vieja de Montevideo.Juan y su asesino terminaron muertos. Los diarios de la noche y del díasiguiente se contradicen, respecto de quien había matado al agresor, unosindicaban que había sido el propio Juan antes de morir, otros decían que suhermano Manuel había usado un arma para vengar a su hermano.Esta batalladora familia estaba apenas reponiéndose de sus pérdidas cuandoLuis, militante batllista opuesto a la dictadura del Dr. Terra, cae preso.Al tiempo Luis, mi padre político, sale de la cárcel en deplorables condicionesfísicas pero lo esperaba una familia que lo acoge y lo cuida.143