Untitled - Datasec

Grabado de una Fragata al frente superior del local que albergaba al cinehomónimo.No me costó mucho transportarme nuevamente al pasado y recordar máscosas de los años de mi niñez, 1955 y 1956, en los que viví en Punta del Este,y después cada verano de mi juventud, vinculados a aquellos íconos de unPunta del Este que siento muy mío: en la esquina, el restaurant y confitería LaFragata de Don Pancho Salazar y al lado el cine del mismo nombre. Cine quesin embargo, se le llamaba sólo Fragata, sin el artículo, creando así de unaforma gramaticalmente correcta, el sentimiento de misterio y abstracción quesiempre rodeó la imagen de ese gran velero, encuadrando desde la altura elacceso a la sala.Aquel cine al que tantas veces fui, para sumergirme en la fantasía de loswesterns, las películas de corsarios, e inolvidables producciones comoAmbiciones que matan, Testigo de cargo, El Graduado, Doctor Zhivago o ÁfricaMía.Casi todas las cosas importantes de mi vida desfilan mientras contemplo estafragata, y es grande el placer de ver que aún se conserva, aunque el cine ya noesté.De pronto unos delicados golpes en la ventanilla de mi auto me vuelven degolpe a la realidad. Eran tres turistas que me pedían orientación sobre un lugarque buscaban.71