Untitled - Datasec

15. Cita en hotel Serena de Las DeliciasUna mañana de la segunda quincena de febrero me desperté muy temprano.Tenía mucha inquietud por cumplir con las últimas sesiones imaginarias conmis nietos por lo que me levanté, y salí en el auto tomando por la Av. Roosevelthacia Las Delicias en procura de la Av. España.Al llegar a las proximidades de esta Avenida que me era muy familiar, decidíestacionar el vehículo y seguir a pie. Allí comencé a caminar por la mencionadaavenida rumbo al mar.Mientras observaba la esquina próxima a la Av. De la Laguna comenté a misnietos que cuando niño al pasar por allí en la noche en dirección a la costanera,normalmente me sobresaltaba cuando recordaba que por allí había estadoentre 1835 y 1886 un viejo cementerio.Otra referencia más adelante luego del Club Deportivo Maldonado, era lamoderna casa del pintor Ángel Tejera y a continuación, salvo en las dos últimascuadras antes de llegar al mar donde había residencias que me eran familiares,entre casa y casa había grandes bosques de pinos.Continué luego andando con paso algo nervioso acompañado de una bandadade recuerdos de mi adolescencia que no podía contar a mis nietos en estaoportunidad porque formaban parte de otra historia. Una historia de mi niñezjunto a mi familia materna poblada de queridas imágenes de mis abuelos, mistíos, primos y amigos de Las Delicias.Transitaba la última y empinada cuadra de la Av. España y ya se podía ver elmar, cuando recordé que en el pasado esta avenida se llamaba Avenida delPorvenir.Mientras imaginaba que caminaba con el porvenir junto a mí, personificado enmis nietos, caí en la cuenta de que había permanecido muy hermético y nohabía compartido nada con ellos. En ese momento llegué a las inmediacionesde donde estaba la batería de cañones de la Aguada y retomé el relato deAntonio:170