E - Programa Seguimiento Prematuro
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D urante<br />
SOBRE LA MUJER Y LO FEMENINO<br />
Prof. Dr. Otto Dörr Zegers<br />
Facultad de Medicina, Universidad de Chile<br />
las últimas décadas el discurso sobre la mujer ha estado muy influido<br />
por la postura feminista, alejándose más y más de lo que podríamos llamar<br />
la esencia de lo femenino. No pretendemos afirmar que no haya habido razones<br />
históricas para el surgimiento del movimiento feminista o también llamado de la<br />
liberación femenina, pero pensamos que estas corrientes yerran al confundir una<br />
buena causa, cual es la igualdad de derechos que deben tener el hombre y la mujer,<br />
con una mala, como la pretendida identidad o cuasi identidad física y psicológica<br />
entre ambos. Es cierto que, como afirma Sol Serrano (1993), hasta hace muy poco<br />
tiempo el espacio público pertenecía al varón en forma casi exclusiva y la historia<br />
que valía la pena contar era la que hacían los hombres. También es cierto que la<br />
mujer ha sido objeto a lo largo de la historia de discriminaciones inaceptables,<br />
sobre las cuales ni siquiera es necesario insistir, de tan conocidas que son. Pero<br />
ambas situaciones han sido ampliamente superadas a lo largo de este siglo. Ya casi<br />
no quedan discriminaciones y los deberes y derechos de ambos son más o menos<br />
los mismos y, por otra parte, las mujeres no sólo han accedido al espacio público,<br />
sino que una de las grandes revoluciones de la historiografía moderna es el<br />
descubrimiento del espacio privado como objeto digno de investigación histórica y<br />
ese espacio ha estado dominado desde siempre por la figura de la mujer. A este<br />
respecto quisiera citar las hermosas palabras de Sol Serrano, pues difícilmente podrían<br />
decirse mejor: "Al tiempo corto de la política, al tiempo coyuntural de la economía,<br />
al tiempo casi inmóvil de la geografía y de los procesos materiales surge (ahora) la<br />
necesidad de incorporar un nuevo tiempo, el que se ha llamado de la civilización o<br />
que en un sentido más restringido se ha llamado historia de las mentalidades ... el<br />
universo de la subjetividad, de los miedos y de los temores, en fin, la historia del<br />
amor, de la afectividad, la forma de nacer y morir. Y es entonces que la historiografía<br />
se encuentra con las mujeres, ya no con las mujeres en su "petite histoire", sino las<br />
mujeres como actores muy privilegiados de un mundo que fue fundamentalmente<br />
de ellas: el mundo de la vida privada." (ob. cit., pág. 5).<br />
Pero así como es discutible el rol histórico que ha correspondido o que debiera<br />
corresponder a la mujer, consideramos superflua la discusión sobre la presunta<br />
igualdad biológica y/o psicológica de la mujer con respecto al varón. Seguir<br />
insistiendo en que las diferencias fenotípicas entre ambos se deben a la educación<br />
y a los prejuicios que han dominado hasta ahora esta sociedad "machista" significa<br />
ni más ni menos que negar uno de los principios fundamentales en los cuales se<br />
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