E - Programa Seguimiento Prematuro
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BASES PARA UNA POLITICA NACIONAL DE HUMANIZACION<br />
EN LA ATENCION DEL PROCESO REPRODUCTIVO<br />
Sobre este último aspecto, el Papa Juan Pablo II, en su "Carta a las Mujeres" (Junio<br />
1995, 2 meses antes de Beijing), formula una severa denuncia autoexplicativa: "Baste<br />
pensar en cómo a menudo es penalizado, más que gratificado, el don de la<br />
maternidad, al que la Humanidad debe también su misma supervivencia.<br />
Ciertamente, aún queda mucho por hacer para que el ser mujer y madre no comporte<br />
una discriminación".<br />
En la realidad nacional, existen diversas expresiones de esta discriminación: exigencia<br />
de no embarazo para ser contratada en un trabajo; mayor costo previsional en sistema<br />
de la Isapres; pocas facilidades para cuidados durante el embarazo y, para ejercer<br />
un mejor cuidado de los hijos/as durante el primer año de vida ( período considerado<br />
crucial para el crecimiento y desarrollo integral de los niños). En suma, las mujeres<br />
deben enfrentar una tensión evidente entre el cumplimiento de la función<br />
reproductiva y, su acceso y permanencia en el mercado laboral y previsional.<br />
Desde todo punto de vista, el proceso reproductivo debe ser visto como un intenso<br />
trabajo - biológico durante el embarazo, social a través de la crianza y cuidado de<br />
los hijos - cuyos riesgos, costos, y responsabilidades son asumidos mayoritariamente<br />
por la mujer; la importancia que la calidad y el "producto" de este trabajo tienen<br />
para la sociedad - nacimiento, crecimiento y desarrollo de un nuevo individuo, que<br />
llegue a la vida adulta en las mejores condiciones posibles para integrarse activamente<br />
a la sociedad - son de un valor incalculable ("rentabilidad social ").<br />
Por lo tanto, la sociedad en su conjunto debiera brindar a las mujeres las condiciones<br />
que les permitan cumplir tan esencial función, coherente con la alta valoración<br />
emocional y afectiva que se hace del proceso reproductivo, eliminando el " doble<br />
discurso " social existente, que afecta gravemente a las mujeres.<br />
En 1994, el presidente de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia,<br />
en un Congreso mundial de esta disciplina, presenta una elocuente reflexión; en el<br />
documento titulado " Salud de la mujer : una mirada global ", señala : " La especialidad<br />
de la Gineco-Obstetricia ha desarrollado tecnologías que pueden salvar vidas y<br />
mejorar la salud de las mujeres; sin embargo, el impacto sobre la salud de las mujeres<br />
aún deja bastante que desear. No podemos seguir escondiendo nuestras cabezas en<br />
las arenas de la biología y dar la espalda a las realidades sociales que afectan<br />
negativamente la salud de las mujeres ".<br />
A partir de 1994, el Ministerio de Salud inicia la transformación del <strong>Programa</strong> Materno<br />
- Perinatal, orientado a la atención preferente de la mujer en el ámbito reproductivo<br />
hacia un enfoque de salud integral de la mujer, que incorpore dimensiones no<br />
reproductivas ( salud mental, salud laboral, salud en la postmenopausia ), asumiendo<br />
los principios de igualdad de oportunidades para ellas. En 1997 se publica<br />
oficialmente el <strong>Programa</strong> de Salud de la Mujer, vigente a la fecha.<br />
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