E - Programa Seguimiento Prematuro
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Dr. Sergio Valenzuela Puchulu<br />
Y se refería a Boudelocque como a ese infeliz que enseña a sus alumnos la manera<br />
de extraer la cabeza por el estrecho superior con la ayuda de un forceps de alargados<br />
brazos. Ellos cortan la sínfisis pubiana, abren los vientres de las parturientas y después<br />
que... Hemorragias, peritonitis.<br />
La lucha por el parto natural no es entonces de este siglo. ¿Es la lucha de la ciencia<br />
y la técnica versus la confianza en la naturaleza?, ¿es solo rivalidad de escuelas, o es<br />
la lucha de los hombres contra las mujeres?<br />
Dos siglos antes de las luchas de la psicoprofilaxis obstétrica y de la acogida a los<br />
recién nacidos en una ambiente más humano, natural, cálido, Bodeloucque afirmaba<br />
que el largo instrumento de Levret había cambiado la faz del mundo; con este<br />
instrumento se inicia la época más brillante del arte de los partos. Pero para Sacombe<br />
para muchos otros, fórceps y bisturí son armas abominables.<br />
Esta disputa traduce lo incapaz que hemos sido para trabajar cómodos con esa dosis<br />
inevitable de incertidumbre que tiene la obstetricia.<br />
Mientras para algunos, hay que confiar en la naturaleza, por lo menos así lo dice el<br />
encabezado del sitio web de método Lamaze. "El nacer es normal, natural y<br />
saludable...La mujer tiene el derecho de tener su parto libre de las prácticas médicas<br />
rutinarias". Para otros, la naturaleza es el mal, la patología, la pelvis demasiado<br />
estrecha, el trabajo de parto que se alarga, el niño que sufre, los gérmenes que<br />
ascienden. Es necesario entonces adelantarse, desconfiar de la naturaleza, multiplicar<br />
los exámenes, el control.<br />
Mientras uno cree en la" buena naturaleza", en la sabiduría del cuerpo, en el instinto,<br />
minimizando las catástrofes, o queriendo olvidarlas, el otro deposita su confianza<br />
en la técnica, en los instrumentos, las intervenciones, pensando sin parar en las<br />
enfermedades, en las complicaciones posibles. Para unos el embarazo es un estado<br />
normal, para otros es una enfermedad. Para estos todo embarazo es de alto riesgo<br />
mientras no se demuestre lo contrario, y muchas veces la búsqueda no termina sino<br />
con la cesárea. Para unos optimismo irresponsable,para otros, pesimismo patológico.<br />
Calor humano versus tecnicidad, pensamiento de lo idéntico que abolió las<br />
diferencias, para otros pensamiento de la diferencia que ha interiorizado a una<br />
buena madre gestante. Quién no se identifica con aquel que siempre en la brecha<br />
no descansa reviviendo la posibilidad de un parto traumático.<br />
Y que decir cuando las cosas no van bien. Esa graciosa concesión que se considera<br />
al hacer entrar a los padres a las salas de parto, de donde nunca debieron estar<br />
ausentes, se transforma en sospecha nuevamente, ya no se duda sólo de la madre y<br />
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