21.07.2019 Views

El Cantar de los Nibelungos

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de los siglos brotan fuentes históricas de la may or importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que estudiada.

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de
los siglos brotan fuentes históricas de la may or
importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que
aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que
entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del
espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a
los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se
encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y
la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el
duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a
pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio
de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un
señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura
germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que
estudiada.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Entretanto proporcionaron a <strong>los</strong> extranjeros todas las comodida<strong>de</strong>s. Fueron<br />

tan bien tratados, que Rudiguero comprendió que tenían buenos amigos entre la<br />

gente <strong>de</strong>l rey Gunter. Con gusto <strong>los</strong> servía Hagen, como en otro tiempo al señor<br />

Etzel.<br />

Allí permaneció Rudiguero hasta el tercer día. <strong>El</strong> príncipe convocó su consejo<br />

e hizo muy bien; preguntó a sus amigos si les parecía bien que Crimilda tomara<br />

por esposo al señor Etzel.<br />

Todos se lo aconsejaron menos Hagen. Aquel fuerte guerrero dijo al rey<br />

Gunter:<br />

—Si tenéis sano juicio no hagáis tal cosa, aunque ella quiera no consintáis<br />

jamás.<br />

—¿Por qué no he <strong>de</strong> consentir? —preguntó Gunter—. Con mucho gusto<br />

conce<strong>de</strong>ré a la reina todo lo que me pida, porque es mi hermana. Nosotros no<br />

<strong>de</strong>bemos anticiparnos a todo lo que sea para su honor.<br />

—Desechad ese propósito —replicó Hagen—. Si conocierais a Etzel como<br />

y o, experimentaríais no sin motivo muchos cuidados y penas, en el caso <strong>de</strong> que<br />

ella se uniera a él según se preten<strong>de</strong>.<br />

—¿Por qué? —preguntó Gunter—, puedo muy bien no unirme a él y no<br />

experimentar su cólera aunque se haga su esposo.<br />

—Jamás os daré tal consejo —replicó en seguida Hagen.<br />

Hicieron buscar a Gernot y a Geiselher para preguntar a <strong>los</strong> dos si les parecía<br />

bien que la señora Crimilda tomara por esposo al elevado rey. Hagen volvió a<br />

negarlo, pero ninguno más. Así dijo Geiselher el héroe <strong>de</strong> <strong>los</strong> Borgoñones:<br />

—Ahora podéis manifestar alguna lealtad, amigo Hagen: resarcirla ahora <strong>de</strong><br />

<strong>los</strong> males que le habéis causado. Deja <strong>de</strong> negar lo que pue<strong>de</strong> ser un bien para<br />

ella.<br />

» Ya habéis causado a mi hermana gran<strong>de</strong>s penas —Geiselher añadió aún—.<br />

Si os odia, no es sin motivo; nadie ha quitado a una mujer tanta felicidad.<br />

—Quiero haceros compren<strong>de</strong>r lo que no veis. Si se hace esposa <strong>de</strong> Etzel y<br />

sigue viviendo en su país, nos hará experimentar gran<strong>de</strong>s pesares. Allí tendrá a su<br />

servicio muchos hombres valientes.<br />

<strong>El</strong> fuerte Gernot respondió a Hagen:<br />

—Pue<strong>de</strong> muy bien suce<strong>de</strong>r que antes <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos, no visitemos el<br />

país <strong>de</strong> Etzel. Les seremos fieles y con ello conseguiremos su honor.<br />

—Nadie me respon<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> eso —replicó Hagen al momento—. Digo que si<br />

la noble Crimilda ciñe la corona <strong>de</strong> Helke, no sé como será, pero suce<strong>de</strong>rá una<br />

<strong>de</strong>sgracia.<br />

Entonces dijo con cólera Geiselher, el arrogante hijo <strong>de</strong> Uta:<br />

—Nosotros no obraremos todos traidoramente. Debemos estar contentos <strong>de</strong>l<br />

honor que nos hacen. Por más que digáis, Hagen, siempre la serviré fielmente.<br />

Cuando Hagen escuchó estas palabras, se irritó. Geiselher y Gernot, <strong>los</strong>

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!