21.07.2019 Views

El Cantar de los Nibelungos

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de los siglos brotan fuentes históricas de la may or importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que estudiada.

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de
los siglos brotan fuentes históricas de la may or
importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que
aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que
entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del
espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a
los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se
encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y
la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el
duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a
pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio
de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un
señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura
germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que
estudiada.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

no quisieron ce<strong>de</strong>r un paso <strong>de</strong> la anchura <strong>de</strong> dos manos; esto causó gran pesar a<br />

<strong>los</strong> Hunos. <strong>El</strong>la se vio obligada a rozar con <strong>los</strong> fuertes guerreros.<br />

A <strong>los</strong> camareros <strong>de</strong> Etzel no pareció bien esto. Si se hubiesen atrevido a ello<br />

habrían provocado el furor <strong>de</strong> <strong>los</strong> guerreros ante el noble rey. La multitud se<br />

apretó mucho, pero no hubo nada más.<br />

Cuando terminó el servicio divino, e iban a salir, llegaron a caballo muchos<br />

Hunos. Al lado <strong>de</strong> Crimilda se veían muchas hermosas doncellas y más <strong>de</strong> siete<br />

mil caballeros acompañaban a su reina.<br />

Crimilda, con sus mujeres, estaba sentada a la ventana al lado <strong>de</strong> Etzel, lo<br />

cual le agradaba mucho. Quería ver pasar a caballo a <strong>los</strong> héroes esforzados.<br />

¡Oh!, ¡cuántos altivos caballeros pasaron ante ella por la corte!<br />

<strong>El</strong> mariscal había llegado con sus cabal<strong>los</strong>. <strong>El</strong> fuerte Dankwart llevaba todo el<br />

acompañamiento que sus señores habían traído <strong>de</strong> Borgoña. Admiraron las<br />

monturas que llevaban <strong>los</strong> cabal<strong>los</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>Nibelungos</strong>.<br />

Los príncipes y sus guerreros habían ido a caballo; el atrevido Volker les<br />

comenzó a aconsejar que hicieran un torneo como tenían por costumbre en su<br />

reino. Los guerreros comenzaron entonces a esgrimir armas.<br />

No se arrepintieron <strong>de</strong> hacer lo que el héroe les aconsejaba: el ruido <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />

choques <strong>de</strong> las lanzas se hizo muy gran<strong>de</strong>. En la corte se reunieron muchos<br />

hombres, a <strong>los</strong> que también comenzaron a mirar Etzel y Crimilda.<br />

Llegaron al torneo diferentes hombres, guerreros <strong>de</strong> Dietrich, para<br />

encontrarse con <strong>los</strong> extranjeros. Querían justar con <strong>los</strong> Borgoñones y con placer<br />

lo hubieran hecho si le hubieran dado permiso.<br />

¡Oh!, ¡qué <strong>de</strong> buenos caballeros habían ido con el<strong>los</strong>! Hicieron saber al héroe<br />

Dietrich que no permitiera a <strong>los</strong> suy os justar con el acompañamiento <strong>de</strong> Gunter;<br />

temía por sus gentes y esto era una <strong>de</strong>sgracia.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!