21.07.2019 Views

El Cantar de los Nibelungos

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de los siglos brotan fuentes históricas de la may or importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que estudiada.

De los monumentos literarios que se perpetúan a través de
los siglos brotan fuentes históricas de la may or
importancia, allí resaltan las costumbres de la época en que
aparecieron, nos dan a conocer las formas del lenguaje que
entonces se empleaban y, como si tuvieran la limpidez del
espejo, se reflejan en ellos los sentimientos que animaran a
los héroes que en él se agitan, pues por embellecida que se
encuentre la naturaleza por el arte, es siempre la naturaleza, y
la vista deshaciendo el artificio ve sin él la ruda forma y el
duro contorno. Esta sola consideración bastaría para que a
pesar de la fatiga que produce, no se descansara en el estudio
de los antiguos poemas y entre estos hay que conceder un
señalado lugar al que abre el ciclo épico de la literatura
germánica, más nombrada que conocida, más aplaudida que
estudiada.

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

» Pero <strong>de</strong>cidme, querido hermano, ¿cómo estáis tan ensangrentado? Me<br />

parece que vuestras heridas os causarán gran dolor. ¿Quién os las ha inferido en<br />

este país? Aunque el negro <strong>de</strong>monio venga en su ay uda per<strong>de</strong>rá la vida.<br />

—Como veis, no tengo herida ninguna: mi traje está húmedo <strong>de</strong> sangre, pero<br />

es <strong>de</strong> las heridas <strong>de</strong> otros buenos guerreros. He matado a tantos hoy que no<br />

podría contar<strong>los</strong> aunque me tomaran juramento.<br />

—Hermano Dankwart —dijo él—, guardad la puerta y no <strong>de</strong>jéis salir a un<br />

solo hombre <strong>de</strong> <strong>los</strong> Hunos. Quiero hablar a esos guerreros como la necesidad nos<br />

obliga a hacerlo: nuestro acompañamiento ha recibido <strong>de</strong> el<strong>los</strong> una indigna<br />

muerte.<br />

—Por cuanto soy camarero —dijo el hombre esforzado—, creo que podré<br />

servir bien a tan ricos rey es; guardaré esta bajada con honor.<br />

A <strong>los</strong> guerreros <strong>de</strong> Crimilda no podía suce<strong>de</strong>r cosa peor.<br />

—Me causa admiración —dijo <strong>de</strong> nuevo Hagen— lo que aún dicen entre sí<br />

<strong>los</strong> Hunos: creo que bien quisieran prescindir <strong>de</strong>l que guarda la puerta y <strong>de</strong>l que<br />

ha traído a <strong>los</strong> Borgoñones la horrible noticia.<br />

» He oído <strong>de</strong>cir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace mucho que Crimilda no podía olvidar las<br />

aflicciones <strong>de</strong> su corazón. Ahora bebamos por el amor y paguemos el vino <strong>de</strong><br />

Etzel.<br />

A Ortlieb el niño dio tan fuerte tajo Hagen, el valeroso héroe, que la sangre<br />

corrió a lo largo <strong>de</strong> la espada y la cabeza fue a parar a las rodillas <strong>de</strong> la reina.<br />

Entonces principió entre <strong>los</strong> guerreros una gran<strong>de</strong> y espantosa carnicería.<br />

Dio tan fuerte golpe al camarero que tenía al niño en las manos, que al<br />

momento cayó la cabeza a sus pies <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la mesa; triste era la recompensa<br />

que daba a aquel maestre <strong>de</strong> la corte.<br />

Vio cerca <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> Etzel a un músico y dirigiéndose hacia él con cólera,<br />

<strong>de</strong>jóle caer la mano <strong>de</strong>recha sobre la viola:<br />

—Esto es por el mensaje que llevaste a Borgoña.<br />

—¡Ah!, ¡mi mano! —exclamó Werbel el músico <strong>de</strong> Etzel—. Señor Hagen <strong>de</strong><br />

Troneja, yo ¿qué os he hecho? Yo fui con la mayor buena fe al país <strong>de</strong> vuestros<br />

señores ¿cómo podré hacer resonar <strong>los</strong> acor<strong>de</strong>s, ahora que he perdido mi mano?<br />

A Hagen le importaba muy poco el que nunca volviera a tocar. Poseído <strong>de</strong><br />

horrible furor hirió a muchos guerreros <strong>de</strong>l rey Etzel y <strong>de</strong>jó muertos en la sala a<br />

muchos <strong>de</strong> el<strong>los</strong>.<br />

Volker se levantó <strong>de</strong> la mesa <strong>de</strong> un salto e hizo crujir en sus manos el arco. <strong>El</strong><br />

músico <strong>de</strong> Etzel hacía escuchar sones horribles ¡Oh!, ¡cuántos enemigos se hizo<br />

entre <strong>los</strong> fuertes Hunos!<br />

Se levantaron <strong>de</strong> la mesa <strong>los</strong> tres ricos rey es: el<strong>los</strong> hubieran querido separar a<br />

<strong>los</strong> combatientes, antes que ocurrieran más <strong>de</strong>sgracias. Pero nada pudieron<br />

evitar, pues la cólera <strong>de</strong> Volker y <strong>de</strong> Hagen era muy gran<strong>de</strong>.<br />

Viendo el rey <strong>de</strong>l Rhin que no podía evitar el combate, hizo también

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!