You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
estar en condiciones, debido a la actual enfermedad, de ayudar a su padre,
porque lo quería mucho. Ignoraba el porqué de este sufrimiento, casi
nunca había estado enferma, todos la habían envidiado por su salud. Klara
vivía muy sujeta a sus convencionalismos, es evidente que apenas conocía
sus verdaderos sentimientos. De ahí que el cuerpo tuviera que
manifestarse, aunque, por desgracia, no hubo nadie en su familia que le
ayudara a descifrar el lenguaje en el que el cuerpo hablaba. Sus hijos
adultos nunca estuvieron preparados ni capacitados para hacerlo.
El caso de la mujer que me había escrito, la pintora, fue distinto. Notó
claramente que se enfadaba con su madre al ver cómo ésta reaccionaba a
las buenas ventas de los cuadros. A partir de entonces la alegría de la hija
fue apagándose, durante unos meses fue incapaz de pintar y volvió a caer
en sus depresiones. Decidió no ir a ver a su madre ni a los amigos que
estaban de parte de ésta. Dejó de ocultarles a sus conocidos el estado de su
madre (padecía psicosis), empezó a comunicarse y volvió a sentir las
ganas y la alegría de pintar. Lo que le devolvió la energía fue la aceptación
de la verdad completa sobre su madre y la ruptura paulatina del vínculo, es
decir, entre otros, de la compasión y la esperanza de poder hacer feliz a su
madre para que ésta algún día la quisiese. Había aceptado que no podía
querer a esta madre y ahora sabía exactamente por qué.
Historias como ésta, con final feliz, escasean, pero yo creo que su
frecuencia aumentará con el tiempo, en cuanto consigamos reconocer que
a los padres que nos han maltratado no les debemos agradecimiento
alguno y, desde luego, tampoco ningún sacrificio. Sacrificios que se
hicieron por unos fantasmas, por unos padres idealizados que nunca
existieron. ¿Por qué seguimos sacrificándonos por unos fantasmas? ¿Por
qué nos aferramos a unas relaciones que nos recuerdan viejos tormentos?
Porque abrigamos la esperanza de que eso cambie algún día, cuando
demos con la palabra adecuada, adoptemos la actitud adecuada o logremos
comprender. Pero eso significaría volver a doblegarnos como hicimos en
la infancia para obtener amor. Hoy en día, como adultos, sabemos que se
abusó de nuestros esfuerzos y que eso no era amor. Así pues, ¿por qué
esperamos que las personas que, por la razón que sea, no pudieron
queremos lo hagan finalmente?