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Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

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(10) Nosotros nos transformamos totalmente en Dios y nos convertimos en Él. De<br />

modo semejante a como en el sacramento el pan se convierte en cuerpo de Cristo; de tal<br />

manera me convierto yo en Él, que Él mismo me hace ser una sola cosa suya, no cosa<br />

semejante: por el Dios vivo es verdad que allí no hay distinción alguna.<br />

(11) Cuanto Dios Padre dio a su Hijo unigénito en la naturaleza humana, todo eso me<br />

lo dio a mi; aquí no exceptúo nada, ni la unión ni la santidad, sino que todo me lo dio a<br />

mi como a Él.<br />

(12) Cuanto dice la Sagrada Escritura acerca de Cristo, todo eso se verifica también<br />

en todo hombre bueno y divino.<br />

(13) Cuanto es propio de la divina naturaleza, todo eso es propio del hombre justo y<br />

divino. Por ello, ese hombre obra cuanto Dios obra y junto con Dios creó el cielo y la<br />

tierra y es engendrador del Verbo eterno y, sin tal hombre, no sabría Dios hacer nada.<br />

(14) El hombre bueno debe de tal modo conformar su voluntad con la voluntad<br />

divina, que quiera cuanto Dios quiera; y como Dios quiere que yo peque de algún modo,<br />

yo no querría no haber cometido los pecados, y esta es la verdadera penitencia.<br />

(15) Si un hombre hubiere cometido mil pecados mortales, si tal hombre está<br />

rectamente dispuesto, no debiera querer no haberlos cometido.<br />

(16) Dios propiamente no manda el acto exterior.<br />

(17) El acto exterior no es propiamente bueno y divino, ni es Dios propiamente quien<br />

lo obra y lo pare.<br />

(18) Llevamos frutos no de actos exteriores que no nos hacen buenos, sino de actos<br />

interiores que obra y hace el Padre permaneciendo en nosotros.<br />

(19) Dios ama a las almas y no la obra externa.<br />

(20) El hombre bueno es Hijo unigénito de Dios.<br />

(21) El hombre noble es aquel Hijo unigénito de Dios, a quien el Padre engendró<br />

eternamente.<br />

(22) El Padre me engendra a mí su Hijo y el mismo Hijo. Cuanto Dios obra, es una<br />

sola cosa; luego me engendra a mí, Hijo suyo sin distinción alguna.<br />

(23) Dios es uno solo de todos modos y según toda razón, de suerte que en Él no es<br />

posible hallar muchedumbre alguna, ni en el entendimiento ni fuera del entendimiento;<br />

porque el que ve dos o ve distinción, no ve a Dios, porque Dios es uno solo, fuera del<br />

número y sobre el número, y no entra en el número con nadie.<br />

Siguese: luego ninguna distinción puede haber o entenderse en el mismo Dios.<br />

(24) Toda distinción es ajena a Dios, lo mismo en la naturaleza que en las personas.<br />

Se prueba: porque la naturaleza misma es una sola y esta sola cosa; y cualquier persona<br />

es una sola y la misma una sola cosa que la naturaleza.<br />

(25) Cuando se dice: Simón, ¿me amas más que éstos? [Ioh. 21, 15 s], el sentido es:<br />

me amas más que a estos, y está ciertamente bien, pero no perfectamente. Pues en lo<br />

primero y lo segundo, se da el más y el menos, el grado y el orden; pero en lo uno, no<br />

hay grado ni orden. Luego el que ama a Dios más que al prójimo, hace ciertamente bien,<br />

pero aún no perfectamente.<br />

(26) Todas las criaturas son una pura nada: no digo que sean un poco o algo, sino que<br />

son una pura nada.<br />

Se le había además objetado a dicho Eckhart que había predicado otros dos<br />

artículos con estas palabras:

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