12.05.2013 Views

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Tocados de dolor de corazón íntimamente [Gen. 6, 6], nos sentimos llenos de la<br />

amargura del ajenjo [cf. Thren. 3, 15], porque, según se ha comunicado a nuestros<br />

oídos, algunos entre vosotros, hinchados como un odre por el espíritu de vanidad,<br />

pugnan por traspasar con profana vanidad los términos puestos por los Padres [Prov.<br />

22, 28], inclinando la inteligencia de la página celeste, limitada en sus términos por los<br />

estudios ciertos de las exposiciones de los Santos Padres, que es no sólo temerario, sino<br />

profano traspasar, a la doctrina filosófica de las cosas naturales, para ostentación de<br />

ciencia, no para provecho alguno de los oyentes, de suerte que más parecen theofantos,<br />

que no teodidactos o teólogos. Pues siendo su deber exponer la teología según las<br />

aprobadas tradiciones de los Santos y destruir, no por armas carnales, sino poderosas en<br />

Dios, toda altura que se levante contra la ciencia de Dios y reducir cautivo todo<br />

entendimiento en obsequio de Cristo [2 Cor. 10, 4 s]; ellos, llevados de doctrinas varias<br />

y peregrinas [Hebr. 13, 9}, reducen la cabeza a la cola [Deut. 28, 13 y 44] y obligan a<br />

la reina a servir a su esclava, el documento celeste a los terrenos, atribuyendo lo que es<br />

de la gracia a la naturaleza. A la verdad, insistiendo más de lo debido en la ciencia de la<br />

naturaleza, vueltos a los elementos del mundo, débiles y pobres, a los que, siendo niños,<br />

sirvieron, y hechos otra vez esclavos suyos [Gal. 4, 9], como flacos en Cristo, se<br />

alimentan de leche, no de manjar sólido [Hebr. 5, 12 s], y no parece hayan afirmado su<br />

corazón en la gracia [Hebr. 13, 9]; por ello, “despojados de lo gratuito y heridos en lo<br />

natural”, no traen a su memoria lo del Apóstol, que creemos han leído a menudo: Evita<br />

las profanas novedades de palabras y las opiniones de la ciencia de falso nombre, que<br />

por apetecerla algunos han caído de la fe [1 Tim. 6, 20 s]. ¡Oh necios y tardos de<br />

corazón en todas las cosas que han dicho los asertores de la gracia de Dios, es decir, los<br />

Profetas, los Evangelistas y los Apóstoles [Lc. 24, 25], cuando la naturaleza no puede<br />

por sí misma nada en orden a la salvación, si no es ayudada de la gracia! [v. 105 y 138].<br />

Digan estos presumidores que, abrazando la doctrina de las cosas naturales, ofrecen a<br />

sus oyentes hojarasca de palabras y no frutos; ellos, cuyas mentes, como si se<br />

alimentaran de bellotas, permanecen vacías y vanas, y cuya alma no puede deleitarse en<br />

manjares suculentos [Is. 55, 2], pues andando sedienta y árida, no se abreva en las<br />

aguas de Siloé que corren en silencio [Is. 8, 6], sino de las que sacan de los torrentes<br />

filosóficos, de los que se dice que cuanto más se beben, más sed producen, pues no dan<br />

saciedad, sino más bien ansiedad y trabajo; ¿no es así que al doblar con forzadas o más<br />

bien torcidas exposiciones las palabras divinamente inspiradas según el sentido de la<br />

doctrina de filósofos que desconocen a Dios, colocan el arca de la alianza junto a<br />

Dagón [l Reg. 5, 2] y ponen para ser adorada en el templo de Dios la estatua de<br />

Antíoco? Y al empeñarse en asentar la fe más de lo debido sobre la razón natural, ¿no es<br />

cierto que la hacen hasta cierto punto inútil y vana? Porque “no tiene mérito la fe, a la<br />

que la humana razón le ofrece experimento”. Cree desde luego la naturaleza entendida;<br />

pero la fe, por virtud propia, comprende con gratuita inteligencia lo creído y, audaz y<br />

denodada, penetra donde no puede alcanzar el entendimiento natural. Digan esos<br />

seguidores de las cosas naturales, ante cuyos ojos parece haber sido proscrita la gracia,<br />

si es obra de la naturaleza o de la gracia que el Verbo que en el principio estaba en<br />

Dios, se haya hecho carne y habitado entre nosotros [Ioh. l]. Lejos de nosotros, por lo<br />

demás, que la más hermosa de las mujeres [Cant. 5, 9], untada de estibio los ojos por<br />

los presuntuosos [4 Reg. 9, 30], se tiña con colores adulterinos, y la que por su esposo<br />

fue rodeada de toda suerte de vistosos vestidos [Ps. 44, 10] y, adornada con collares<br />

[Is. 61, 10], marcha espléndida como una reina, con mal cosidas fajas de filósofos se<br />

vista de sórdido ropaje. Lejos de nosotros que las vacas feas y consumidas de puro<br />

magras, que no dan señal alguna de hartura, devoren a las hermosas y consuman a las<br />

gordas [Gen. 41, 18 ss].

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!