12.05.2013 Views

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

Enchiridion Symbolorum (Denzinger).pdf

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Pues por la razón de que ni aun con sus mujeres tuvieran comercio carnal, a fin de que,<br />

brillando por la integridad de su conciencia, ofrecieran a Dios un don aceptable...<br />

De ahí que también el Señor Jesús, habiéndonos ilustrado con su venida, protesta en<br />

su Evangelio que vino a cumplir la ley, no a destruirla [Mt. 5, 17]. Y por eso quiso que<br />

la forma de la castidad de su Iglesia, de la que Él es esposo, irradiara con esplendor, a<br />

fin de poderla hallar sin mancha ni arruga [Eph. 5, 27], como lo instituyó por su<br />

Apóstol, cuando otra vez venga en el día del juicio. Todos los levitas y sacerdotes<br />

estamos obligados por la indisoluble ley de estas sanciones, es decir que desde el día de<br />

nuestra ordenación, consagramos nuestros corazones y cuerpos a la sobriedad y<br />

castidad, para agradar en todo a nuestro Dios en los sacrificios que diariamente le<br />

ofrecemos. Mas los que están en la carne, dice el vaso de elección, no pueden agradar<br />

a Dios [Rom. 8, 8].<br />

... En cuanto aquellos que se apoyan en la excusa de un ilícito privilegio, para<br />

afirmar que esto les está concedido por la ley antigua, sepan que por autoridad de la<br />

Sede Apostólica están depuestos de todo honor eclesiástico, del que han usado<br />

indignamente, y que nunca podrán tocar los venerandos misterios, de los que a sí<br />

mismos se privaron al anhelar obscenos placeres; y puesto que los ejemplos presentes<br />

nos enseñan a precavernos para lo futuro, en adelante, cualquier obispo, presbítero o<br />

diácono que —cosa que no deseamos— fuere hallado tal, sepa que ya desde ahora le<br />

queda por Nos cerrado todo camino de indulgencia; porque hay que cortar a hierro las<br />

heridas que no sienten la medicina de los fomentos.<br />

De las ordenaciones de los monjes<br />

[De la misma Carta a Himerio]<br />

(13) También los monjes, a quienes recomienda la gravedad de sus costumbres y la<br />

santa institución de su vida y de su fe, deseamos y queremos que sean agregados a los<br />

oficios de los clérigos... [cf. 1580].<br />

De la virginidad de la B. V. M.<br />

[De la Carta 9 Accepi litteras vestras a Anisio, obispo de Tesalónica, de 392]<br />

(3) A la verdad, no podemos negar haber sido con justicia reprendido el que habla de<br />

los hijos de María, y con razón ha sentido horror vuestra santidad de que del mismo<br />

vientre virginal del que nació, según la carne, Cristo, pudiera haber salido otro parto.<br />

Porque no hubiera escogido el Señor Jesús nacer de una virgen, si hubiera juzgado que<br />

ésta había de ser tan incontinente que, con semen de unión humana, había de manchar el<br />

seno donde se formó el cuerpo del Señor, aquel seno, palacio del Rey eterno. Porque el<br />

que esto afirma, no otra cosa afirma que la perfidia judaica de los que dicen que no<br />

pudo nacer de una virgen. Porque aceptando la autoridad de los sacerdotes, pero sin<br />

dejar de opinar que María tuvo muchos partos, con más empeño pretenden combatir la<br />

verdad de la fe.<br />

III CONCILIO DE CARTAGO, 397<br />

Del canon de la S. Escritura<br />

Can. 36 (ó 47). [Se acordó] que, fuera de las Escrituras canónicas, nada se lea en la<br />

Iglesia bajo el nombre de Escrituras divinas, Ahora bien, las Escrituras canónicas son:<br />

Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio, Jesús Navé, Jueces, Rut, cuatro<br />

libros de los Reyes, dos libros de los Paralipómenos, Job, Psalterio de David, cinco<br />

libros de Salomón, doce libros de los profetas, Isaías, Jeremías, Daniel, Ezequiel,<br />

Tobías, Judit, Ester, dos libros de los Macabeos. Del Nuevo Testamento: Cuatro libros<br />

de los Evangelios, un libro de Hechos de los Apóstoles, trece Epístolas de Pablo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!