Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

HAGIOGRAFÍA
I-8-
La educación de Antonio abad.
Seny.-Las deudas no sólo suponen un endeudado sino un prestamista.
Este último es el que más sufre.
“El total de la deuda griega es X. y más de la mitad, está en bancos y
aseguradoras de la zona euro. El daño sería inmenso y dejaría a muchas
instituciones financieras en situaciones extremadamente delicadas”.
(Gutiérrez Laso).
“A juicio del viejo labrador, la peor amenaza para
la salvación de su hijo era el saber mundano, tal como
lo enseñaban en las escuelas helénicas. Los griegos
eran intrusos extranjeros en Egipto. Dueños y
administradores de grandes propiedades, explotaban a
los nativos fellhabs. La aversión étnica, intensificada
por el resentimiento social, había producido en el
padre de Antonio un vehemente recelo de todo lo que los
griegos enseñaban en sus escuelas. El mero conocimiento
de las letras de su alfabeto era, a su juicio, un
primer paso falso fuera de la recta fe. Una vez que os
entreguéis al hechizo de aquellos símbolos mágicos –
pensaba-, no podréis evitar ser presa del escepticismo
griego, como tampoco la explotación por los
terratenientes griegos. Por la razón apuntada, el joven
Antonio no fue enviado a la escuela y creció indocto.
Su alimento mental y espiritual quedó restringido a lo
que el sacerdote de la iglesia local podía ofrecerle
con sus lecturas de la Biblia copta y con las piadosas
lecciones que de ellas deducía”.
“A medida que el joven crecía y se acercaba a la
virilidad, las hermosas muchachas fellahs de las
cercanías comenzaban a llamar su atención.
Frecuentemente estas muchachas pasaban cerca, caminando
a través de los campos, orgullosas por la gracia de su
paso elástico, balanceando diestramente sus cántaros de
barro sobre la cabeza, y sus corpiños flojos, a manera
de blusas, revelando fortuitamente el contorno firme de
sus bronceados pechos. Antonio se detendría y miraría
con asombro tras ellas, como si se extasiara en su
belleza. Los demás muchachos podían seguirlas,
hablarlas y disfrutar con su compañía, pero Antonio, el
hijo obediente, siguiendo las órdenes estrictas de su
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