Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

HOMILÍA ANTIGUA
VIII
Vivir santamente es hacer familia con Dios, cada
uno viviendo en su gracia, en su amistad y fidelidad a
la ley divina. Y de esta manera se tiene la paz. De
otra manera, se rompen los lazos, los planes, por esa
vileza, soberbia atrevida de la rebeldía del alma con
Dios. En Él se forman nuestros matrimonios, las
familias cristianas, entorno a Jesús y a su mesa santa
de la Eucaristía, su gracia y sus sacramentos.
A partir de las leyes naturales se forman las
sociedades del mundo civil, y a partir de los dones
sobrenaturales la familia de los hijos de Dios, la
Iglesia de Cristo. Y, Dios quiso y quiere, que todo
cristiano,-y también todo humano por ley general-,
nazca y renazca al modo divino de nuestro Jesús dentro
de la sociedad humana. Jesús lo encontramos dentro de
la familia viniendo al mundo y viviendo en ella.
En los textos santos descubrimos muchas cosas,
admirables sobre todo por tratarse de Dios mismo
viviendo entre los humanos. Sólo la mitología soñaba
sin ver nunca realizado.
Primero encontramos a Dios como Padre Inmenso,lleno de
dulzura, de fuerza y poder.
Dios descuella como lumbrera que irradia luz
universal. Jesús es el reflejo, dibujo perfecto, imagen
radiante y terrenal de la personalidad divina. Cobran
relieve sus actuaciones terrenales a las que llamamos
redentoras por cuanto por ellas Dios nos muestra su
voluntad amorosa, nos invita a volcarnos en Él como el
amor absoluto. Es un regalo precioso el sabernos
invitados a amar a Dios que se ofrece a ser amado por
nosotros los humanos.Nos sorprende ver-Le llevando una
vida corriente sin dejar de estar presente en la
Santísima Trinidad. Es preciso que nos metamos en esos
velos terrenos que ocultan en cielo cuando se
contemplan sin luces de fe.
Jesús lo confiesa como centro y meta, esencia y
columna de toda la obra de la salvación, de la
humanidad en su caminar. ”Yo he de estar en las cosas y
en la casa de mi Padre celestial”, Lc 2, que siempre
acompaña a la humanidad. Que nadie se ausente, que no
se margine por necia locura, libre necedad, soberbia y
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