Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

HOMILÍA 001.
1.- La vida don de Dios
Una voluntad de Dios que Doña Beatriz acató
siempre desde el fondo de su profunda fe: “Tengo un
infinito agradecimiento a Dios, porque nunca me ha
fallado, y me ha dado tanto. Tengo una fe muy grande, y
la confianza, la seguridad, de que siempre estamos en
las manos de Dios. Ha querido probarla hasta el final.
Su dolorosa agonía se ha parecido más a la de su padre,
Alfonso XIII, que a la de su queridísima hermana, Doña
Cristina. Descanse en paz”.
La familia cristiana, obviamente, sólo puede
existir y vivir con Jesucristo en su entraña. Sin fe,
sin esperanza, y sin amor a El, no existe o si existe,
está anegada en la oscuridad más tenebrosa a causa de
la impiedad, pecado o irreligiosidad. Incluso, un
matrimonio constituido ante Dios en la Iglesia de
Cristo, si vive al margen de la gracia, está como
apagado. Toda persona bautizada, del mismo modo, es
como el que tiene un gran capital, pero lo tiene en el
banco, y algo le impide hacer uso de ese dinero.
Teniendo riqueza, vive en la más mortífera miseria.
La familia cristiana es esencialmente Reino de
Dios, parcela del Señor. Y, para ello, ha de ser
conquistada por Él, y los miembros de esa familia han
de dejarse poseer.
El Catecismo en el nº 764 lo muestra: “Este Reino
se manifiesta a los hombres en las palabras, en las
obras y en la presencia de Cristo (LG5). Acoger la
palabra de Jesús es acoger “el Reino”(id). El germen y
el comienzo del Reino son “el pequeño rebaño” (Lc
12,32) de los que Jesús ha venido a convocar entorno
suyo, y de los que Él mismo es el pastor. Constituyen
esos miembros la verdadera familia de Jesús. Son los
que reunió Él entorno suyo, les enseñó no sólo un
nueva “manera de obrar”, sino también una oración
propia”.
La familia es una parte de la Iglesia, es la parte
mayor. El Catecismo en el nº 2204 lo enseña: “La
familia cristiana constituye una revelación y una
actuación específicas de la comunión eclesial; por
eso...puede y debe decirse Iglesia doméstica. Es una
comunidad, posee en la Iglesia una importancia
singular”.
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