Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

infinito, nos ha de muñir el alma con calma y gracia
divina.
Nos hace hijos el amor de Jesucristo, Jesucristo
es la vida divina de las venas de las alma. El amor es
Jesucristo, obra del Santo Espíritu, que gesta Santa
María. Quien le acepta se hace santo, quien no, se
queda en la tiniebla exterior. “Por encima de todo el
amor –dice San Pablo a los colosenses- que es el
ceñidor de la unidad consumada”, c. 3. Dios es el punto
de encuentro de cada hombre y de todos. Sin Él no hay
modo ni forma de hacerse con la unión tan propalada.
Sin Dios no hay religión, y cuando falta, el alma
humana, sin querer, no es templo de Dios. Del mismo
modo que el niño, sin querer nace ignorante, y si sin
querer no aprende, se mantiene en la ignorancia supina.
Hemos de avivar el alma con la lumbrera divina, a
lumbrera de la fe.
Por eso la vida es Él, real, presente, y
anfitrión en la mesa del altar. Sin mesa no hay
familia. Por eso Cristo en la tierra tiene su casa, su
familia y su mesa en el altar. “Celebrad –aconseja San
Pablo- celebrad la Acción de gracias –es la Misa-
celebrad la Acción de gracias para que la palabra de
Cristo, reflejo del Dios bendito, pueda iluminar la
oscuridad de la mente humana. En esta mesa divina, que
ha de verse con la gafas de la fe, es un Cristo
latente, un Cristo que habla constante diciendo y
pintando las almas cual son a los ojos lindos de Dios
Salvador.
San Pablo comprende que no es posible ser hijo sin
la mente del Hijo de Dios que en María aprendió a comer
en la mesa terrena. “Que la palabra de Cristo habite en
vosotros en toda su riqueza”. Y si sois capaces de
haceros con la mente divina, sabréis amar lo que Dios
quiere y “podréis enseñaros” a ser hijos dignos del
Dios de los cielos. Pero si sin sus ideas, las vuestras
serán oscuras, terrenas y chatas, serán un peligro,
peligro y barrera para alzar al alma hasta las alturas
del Dios inefable. “Enseñaos con toda sabiduría,
exhortaos” mutuamente a ser cada día mejores, más
buenos, y más elegantes en todo sentido.
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