Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

ESTUDIO
IV-III-5
La locura razonadora
(G. K. Chésterton: Ortodoxia)
Todos conjurados contra él.
“Arrójate fuera de ese frágil y mezquino escenario
donde se está siempre representando tu propio enredo, y
verás: de pronto, bajo el libre cielo, te encontrarás
paseando con toda tranquilidad por en medio de una
calle espléndidamente poblada de individuos que te son
extraños”.
Ante el hombre que se cree rey de
Inglaterra.
“Domínate, haz un esfuerzo magnífico y entonces,
convertido en simple mortal, podrás desde tu dignidad
humana, despreciar a todos los reyes de la tierra”.
El que se cree Cristo.
“¿De modo que tú eres el creador y redentor del
mundo? Pues oye, la verdad sea dicha, ¡vaya un mundo
pequeño el tuyo¡ ¡Vaya un cielo miserable el cielo que
habitas, con sus angelitos no mayores que mariposas¡
¡Qué triste cosa eso de ser Dios y para colmo un Dios
inadecuado! ¿Y verdaderamente todos los seres habrán de
poner su última confianza en esa tu insignificante y
lastimosa divinidad? ¡Cuánto más feliz no serías,
cuánto más no vivirías de tu propia vida si el mazo de
un Dios más poderoso deshiciera tu diminuto cosmos,
esparciendo como lentejuelas tus astros, y dejando
este, de la noche a la mañana, flotar a tus anchas en
el vacío, tan libre como cualquier hombre para mirar
arriba y abajo”¡ En realidad todas las construcciones
teóricas han terminado metiendo el mar en un dedal, han
sido la aniquilación. Cuando los hombres explican el
acto de fe, la gracia de Dios y cosas semejantes no
hacen otra cosa que el ridículo. Tan racionalmente lo
plantean que a los dos pasos ya empiezan a asomarse las
contradicciones, pero en lugar de desconfiar de la
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