Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

Hemos de hacernos con nuestro destino. Simeón,
hombre honrado y santo, piadoso que esperaba el Mesías
del Señor, al verlo piensa que puede, acabar ya esta
vida para pasar a la gloria. Porque tener a Dios cerca
es su alegría perfecta. Por eso piensa que ya no tiene
pena de morir teniendo los ojos fijos en la eterna
felicidad. Si no se encuentra el destino del humano
existir, no es posible ruta, pues se desconoce a dónde
ni a quien se ha de llegar. Bien es verdad que pudiera
igualmente decirse que una vez visto al Salvador vale
la pena vivir, sufrir y extender esta noticia por la
tierra pues para ello vino Dios: para hacer la familia
de los hijos de Dios.
Dios mismo ha venido a buscarnos como camino y
destino. Y esta estrella polar, guía para navegantes
hacia la misma eternidad, es la que marca el camino, es
la que indica también dónde está el descamino. Los
hombres han de someterse a su derrota dichosa, la que
conduce a la gloria. Simeón es amante del bien y Dios
le sale al encuentro. “Está puesto para que muchos
caigan”: los que no quieran seguir los caminos del
Señor. Él también está puesto para que “muchos se
levanten” de su humana postración. “Será bandera
discutida” por las facciones del bien y del mal siempre
hostiles.
“Así –continúa Simeón- quedará clara la actitud de
muchos corazones”, se verá a quien deciden servir, amar
con toda su alma y darle la vida en honor, por mor de
felicidad. Así sucedió siempre en el pueblo de Dios.
Era emplazado por los profetas –piense en Elías y verá-
para que decidiesen si querían servir a Dios a una
pléyade de dioses fabricados por el ingenio y la humana
imaginación. Veleidades son siempre una infinidad que
dan guerra a la verdad: austera, romana, firme y
extensa como las vegas de la eternidad.
Es camino de soldados, luchadores, deportistas
La cosa no será fácil, pero todo hombre natural es
de por sí luchador. No deja de hacer del juego y la
competición, su modo de caminar por el mundo en que
está. Dios tiene derecho también a proponerse, como
meta para ser, corona que los esforzados por
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