Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

II-6-
La inmadurez espontánea del hombre.
De entrada el hombre no sabe amar. Del mismo modo que
muchísimas otras cosas, no le son conocidas. Del mismo
modo que todo lo ha de aprender. Y no menos necesario
es en este asunto tan grave, el amor, ha de aprender,
saber amar, amar con sabiduría. ¿Acaso la misma
sabiduría no es ella por sí misma amorosa? Sí que lo
es.
“Para la inmadurez psicológica no disponemos de
otra receta que la de la formación”. (Aquilino
Polaino). Estando claro el enorme abandono por parte de
las mismas cuestiones múltiples que la Iglesia
conserva, también lo está que esto genera multitudes
inmaduras en lo que se refiere a su firmeza en valores
y proyectos, de gran calado humano. Las masas
infantilizadas no pueden ser leales a los grandes
valores; lo único que pueden es escaparse por los
vericuetos infantiles egoistas o, lo que es lo mismo,
del independentismo. Este infantilismo empieza con la
pataleta protestante, y sigue por las independencias y
revoluciones cuyo meollo es la infancia perpetua.
Y al no tener afincamientos morales, todos los
campos humanos quedan desmoralizados, encanallados. “La
persona inmadura se nos manifiesta como aquella que
anhela puerilmente ser independiente, que huye de todo
compromiso, o que en caso de haberse comprometido no se
enriquece y renunciando a todo, muestra una radical
dependencia de su egotismo narsicista”. (Dr. Aquilino
Polaino).
299