Sagrada Familia de Jesús, María y José, Ciclos ... - Autores Catolicos

gesto. De hecho, lo que hemos vivido esta semana con la
donación de 20 millones de euros a Cáritas por parte de
Amancio Ortega ha sido exactamente eso: discutir si el
gesto era o no generoso, si uno debia sentirse mejor
donando menos, pero proporcionalmente más. La sólida
noción de un montón de desesperados teniendo algo que
comer es secundario, ni lo registra su radar moral.
“Augusto Klapenbach, que tiene un nombre perfecto
par ser lo que es, filósofo y escritor, publica en
Públicoes “Deshaucios: expolios legales” y el vehículo
online de Roures, ese adalid de la clase obrera, dedica
otros textos al mismo drama. Confiemos en que el
catalán no tenga un inquilino que no pague o podría ser
con él tan coherente como lo fue con sus redactores
tras abanderar la oposición a la reforma laboral”.
Notas
1.-Son las armas del demagogo: hiena, tiburón, grasa,
carroñero. Estas metáforas evitan precisar pesos y
medidas exactas, el principio y el final de una
proceso, los efectos y las causas. Por eso las
parábolas (cosa que no hacía Jesucristo) tomadas sin la
precisión de la voluntad de Dios, o de lo que es justo,
acaba siendo una solemen estafa. ¡Aviso a navegantes
clericales! Las parábolas suponene la realidad
concreta, o son una estafa macabea. ¡Aviso porque
después no se sabe de dónde caen las piedras! Bien sé
que no van a tomar en serio esto, porque en las nubes
se vive mejor. Y la metáfisica es el mundo ideal para
Mefistófeles crear sus demonios. En la metafísica nunca
se rompe hueso alguno.
2.-El término retumba, pero no es para el aborto o
cuaquier otra iniquidad. Es para uso propio y
particular, arma arrojadiza a quien coresponda y haya
decidido el Kommitern.
3.-Toda ideología tiene sus concilios para satanizar,
anatematizar. Toda ideología es católica. Toda verdad
también lo es. El único problema que no puede ser
verdad al mismo tiempo una cosa y su contraria, una
ideología y la contraria. Por eso la pluralidad
ideológico-antagónica es la guerra eterna. ¡Demuestre
que no! Ante esto supongo que hemos caído en la cuenta
de que el número de los imbéciles es siempre superable.
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