EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes
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Esa vida de calma y apartamiento, no le impedía revisar sus ideas estéticas.<br />
La tarea de clausura de los ultraístas se le aparecía más allá del mero signo. Sentía la<br />
significación profética de los "ismos", escuelas de ruptura donde los artistas cierran su propio ciclo<br />
y no dejan sucesora, sino únicamente copistas que rompen vidrios rotos. Bajo el rubro de "Tópicos<br />
artísticos con miras para América" escribió un largo ensayo crítico, que publicaría dos años<br />
después. Encontraba desmesurado el poder de absorción del ultraísmo, que llegando por<br />
condenación a formas elementales, no vacila en echar mano del arte indio, congolés, gótico,<br />
incorporándolos en un conjunto universal sin precedentes, condenado por ello mismo al derrumbe<br />
inminente. Los modernistas se le antojaban profetas fracasado que viven el significado ontológico<br />
del tiempo sin darse cuenta. Todo artista nuevo debe pasar por esa etapa previa de destrucción<br />
que aspira a construir. Hallaba al modernismo de vitalidad corta, demasiado purificado, perdido el<br />
contacto con la masa por su excesiva individualidad. ¿Cómo se construía en el pasado? ¿Cómo se<br />
construye hoy? El primitivo lo hace en altura, apoyándose sobre todo lo hecho; el moderno<br />
construye en plano, porque quiere comenzar de nuevo; aun prescindiendo de su propia obra, como<br />
sucede al genio mosaico de Picasso, que no ha concluído de absorber una tendencia cuando ya se<br />
entrega a otra. Más defendible aparece la vanguardia por la intención. Los postexpresionistas, con<br />
su trabajo tenaz, sutil, casi miniaturesco, que exige realización plena y última de una idea, son una<br />
suma de conclusiones que no es dable abarcar a simple vista. Franz Roh ha dado un ejemplo<br />
clásico: cuando Italia vive los días centrales del Renacimiento, todavía resuena el eco poderoso del<br />
Quattrocento; ese mismo año Miguel Angel despunta en el barroco; no extendido ni entendido éste,<br />
brota el rococó en Correggio; de donde se desprende que las ideas plásticas de 1525 fueron<br />
realizadas, perfeccionadas y agotadas por separado en el transcurso de varios siglos. Pues bien;<br />
¿por qué los "ismos" no podrían repetir el fenómeno, suministrando materia para muchas<br />
generaciones?<br />
¿Existe un neoclacismo que selecciona y explota las conquistas anteriores, inscribiéndolas<br />
en formas sólidas y nobles, como preconizan los estetas de vanguardia; o sólo un acabamiento de<br />
material y técnica de siglos, que siguen vaciándose en moldes espiritualmente agotadas? ¿Arte<br />
nuevo o viejo? ¿Vamos a él conscientes o inconscientes? ¿Qué distancia media de Monteverdi a<br />
Satie? ¿De Bernardino Luini a Metzinger? ¿De Cervantes a Pirandello? Música, pintura, letras, lo<br />
que se compare —porque arte es, a más de una esencia, ese elemento irrenunciable de<br />
analogías— hay un doble problema: por un lado el descenso racional que media de una novela del<br />
Dickens o un cuadro de Mantegna, a un libro de Malraux o una composición de Cézanne; por otro,<br />
una nueva gradación de sensibilidad que se establece de las páginas de Malraux a Dickens y de la<br />
composición cézanniana al Mantegna, gradación no de altura, sinó de simple perspectiva. ¿Cuál va<br />
más lejos: la construcción racional, moderada del clásico, o el impulso instintivo, renovador de la<br />
vanguardia? El romántico alega que la obra de arte es un "estado de alma", suprime categorías de<br />
valor y reconocer únicamente modos de sentir; el clásico, que conoce el sufrimiento de crear y el<br />
duro aprendizaje de una técnica, no puede quedarse en el simple punto emocional y atiende a la<br />
lógica y a las proporciones. El modernismo no ha destruido lo racional en el arte, como<br />
ingenuamente supone; pero ha introducido nuevas perspectivas en la manera de entender lo<br />
artístico, refrescando la mente y la sensibilidad sobrecargadas por la tradición. ¿Por qué frente a<br />
Palma el Viejo o Sabastiano del Piombo, nos atraen de súbito esos colores detonantes de Van<br />
Gogh? El modernismo es la acidez de lo inesperado; y es por contraste con la armonía clásica<br />
como obtiene su mejor atractivo.<br />
Escribía a los amigos: "Con Cristo todo es pureza y pasión serena; dolor y alegría grande y<br />
entera. No sé cómo se puede hablar de esto… Este paisaje que me rodea, este país, este sol,<br />
forman un ambiente insoñado para mí y para mi trabajo actual. Sólo después se verá lo que<br />
significa para mí este lugar, acaso el único donde podría acercarme a ese cuento tremendo,<br />
sobrehumano y más que bello de los Evangelios. Dudo, otra vez dudo… y me parece que no es<br />
esto lo que quise decir… que no es lo que creo comprender".<br />
En la quietud de "Chasca-Kcoillor", brotaban los coloquios del solitario:<br />
—Por intuición adivinatoria de la Fe.<br />
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