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EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes

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—En cambio ganamos lo espontáneo, que no existe en el museo.<br />

—Queréis cegar al hombre para la representación del mundo exterior…<br />

—…abriéndole una entrada a lo interno. Al escritor vanguardista no le interesa el hecho en<br />

sí, mas su propio estado de conciencia frente a ese hecho; al pintor vanguardista le seduce la<br />

representación de las ideas más que la representación de las figuras; para el músico vanguardista<br />

el juego concertado de las melodías desaparece en homenaje al estruendo encantador de la<br />

disonancia; en escultura rechazamos la plástica marmórea por la libre construcción de esquemas<br />

geométricos. El cubismo sigue sus propios fines extraplásticos y se basta a sí mismo. ¡Hemos<br />

descubierto la dimensión intelectual del mundo!<br />

—Una concepción subjetiva de las cosas también se rige por normas. Vosotros nadáis en<br />

el caos. El expresionismo, padre de los "ismos", ¿qué límites posee? Padecéis un error de<br />

perspectiva ¿Cómo intelectualizar las artes plásticas, materia del ojo y de la forma? A este paso la<br />

pintura degeneraría en arte literario.<br />

—Nosotros sentimos antes de comprender.<br />

—Sois entes de emoción, no de razón…<br />

—… porque instintos y sensaciones están antes de lógica y conocimiento. La belleza se<br />

impone por el entusiasmo estético, no por los cánones.<br />

—Los cánones son hijos del entendimiento; mal razonáis.<br />

—¡Detestamos el suplicio ordenado del razonamiento!<br />

—Pues reconoced que no sabéis lo que buscáis.<br />

A esta altura del debate, Mr. France se pasaba tranquilamente a los revolucionarios y<br />

Hoffner debía soportar sólo su arremetida:<br />

—¡Eso no! Sabemos perfectamente que el arte moderno quiere rejuvenecer al mundo. La<br />

sorpresa es su instrumento; y ella bien vale renegar de la tradición. Creemos en Apollinaire y sus<br />

caligramas; en el serafismo de Jean Cocteau; en Marinetti, exaltador del peligro, de la acción<br />

victoriosa de un hombre nuevo que domina la civilización dinámica.<br />

—Aceptáis al defensor del maquinismo, que predica la voluptuosidad de ser silbado? ¿ Al<br />

maestro del exhibicionismo?<br />

—¡Lo aceptamos!<br />

—Bueno, ya sabemos lo demás quemar bibliotecas, incendiar museos, arrasar con todo<br />

para que el mundo vuelva a surgir de las pavesas. ¡Vaya los innovadores! La vanguardia<br />

"dinámica", frente al clasicismo "estático" sostiene que un automóvil de carrera es más bello que la<br />

Nikké de Samotracia. Y bien: ¿a qué punto de referencia acudiríamos para exaltar la pretendida<br />

superioridad de la máquina sobre la figura humana, no existiendo un patrón clásico de la forma<br />

legado por Grecia?<br />

—Lo vergonzoso es recurrir a puntos de referencia, voltear la vista al pasado. A nuestros<br />

ojos valen velocidad, improvisación, absoluta libertad de actuar; todo aquello que permite nuevas<br />

maneras de vivir; nada de frenos.<br />

—Libertinaje, o libertad. La libertad es relación de causa a efecto, no cosa en sí.<br />

Apoyándose en la experiencia de los que le anteceden, el hombre supera su obra.<br />

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