EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes
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—No me interesa. ¡Decorar un cuarto de niños! ¿Es que tengo cara de juguetero?<br />
—Hombre, no es eso. Cullen vió el bar modernista y se aficionó instantáneamente. Cuando<br />
le dije que usted era el autor, me pidió que lo llevara, pero no quise hacerlo sin consultarle. Es un<br />
hombre de gustos; verá en su casa un Puvis de Chavannes y tapices del siglo XII. La mujer quiere<br />
que usted les decore una habitación para los chicos. Le pagarán bien.<br />
—Usted sabe que no trabajo por dinero.<br />
—Lo sé; pero sé también que si usted tuviera recursos para vivir un largo tiempo<br />
consagrado a sus maderas, ganaría enormemente. Trabajando para revistas concluirá por<br />
anularse.<br />
Comprendía que Nelson tenía razón; mas no quiso resignarse al capricho de otro millonario<br />
y para salir del compromiso sin ofender al industrial contestó con displicencia:<br />
—Dígale que por quince mil acepto.<br />
Nelson su fue. Había visto la treta. Volvió al día siguiente trayendo la respuesta: Cullen<br />
pagaría los quince mil. Al retirarse, Nelson agregaba socarrón:<br />
—Cuando quiera librarse de estos encargos, Delhez, apúntele más arriba al "marcador".<br />
Visitaron a Cullen en su palacete de la avenida Alvear. Después de examinar la sala del<br />
tercer piso, Delhez expresó que no se limitaba a decorarla, comprometiéndose, espontáneamente,<br />
a construir una ciudad infantil. Nelson comprendió la lección: el artista no se resignaba a recibir la<br />
fuerte suma por una tarea sencilla y buscaba responsabilidad para justificarla.<br />
Trabajó varias semanas en el proyecto. Por las tardes se trasladaba a la casa de Cullen<br />
para intervenir personalmente en la obra; cortaba él mismo la madera, ayudado por dos carpinteros<br />
y vigilaba el progreso de inverosímil construcción sin perder detalle. La "Ciudad Infantil" se<br />
inauguró tres meses después.<br />
En la enorme sala, donde se creía encontrar muros pintados y muebles modernistas, los<br />
ojos tropezaban con una extraña construcción adosada al muro principal. Era un agolpamiento de<br />
torres, castillos y puentes levadizos, tal un fragmento de ciudad fantástica. La construcción<br />
multiforme del gótico se combinaba con efectos de arquitectura funcional, ganando la imaginación<br />
infantil con los contrastes de moles y de agujas. El artista había realizado su obra inspirado en el<br />
arte medieval, que en cuanto tiene de comunicación con el misterio, de aspiración mística, de<br />
poesía insondable, brinda un campo inagotable a la expectación del niño. La idea gótica,<br />
multiplicada en ángulos y detalles, salía poco a poco al encuentro de la vista. Por pequeños<br />
pasadizos se subía a las torres. Mirada en cierto sentido, la construcción semejaba una pesadilla.<br />
Mirada en otro, parecía una visión surgida de los cuentos de Perrault. Desde la torre central, un<br />
reflector echaba el sol o la luna sobre el plafond: hermoso cielo con los signos del Zodiaco y<br />
diversas fases del día y de la noche, representados simbólicamente. Viendo de la izquierda, el<br />
cielo rosado imitaba el atardecer. Viendo de la derecha, un verde pálido evocaba la madrugada. De<br />
rigurosa construcción matemática. La "Ciudad Infantil" poseía cierta virtud educativa y nobleza<br />
plástica de conjunto, haciéndose accesible a la imaginación infantil por la irregularidad deliberada<br />
de sus contrastes.<br />
—Estás contento — dijo Dáneo; — lo leo en tus ojos.<br />
—Mi alegría no durará mucho; ha sido un pasatiempo. Pero me queda la satisfacción de<br />
saber que puedo construir lo que imagino.<br />
Depositó los quince mil en un Banco para retirarlos por mensualidad. Ya tenía tiempo y<br />
libertad para iniciar un trabajo serio.<br />
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