EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes
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—Escalofriante. Linda en lo cruel.<br />
—Oscuro… incomprensible… desagrada.<br />
—Es todo un creador.<br />
—Sigues al clásico.<br />
—Relativa originalidad.<br />
—¡Qué poderosa imaginación!<br />
—Modernista desesperado de exotismo.<br />
—Es un primitivo por la pureza de la forma.<br />
—No vale nada.<br />
—Es lo mejor que ha visto Buenos Aires.<br />
La crítica, más pareja, advierte la deliberada deformación, los trucos técnicos y las<br />
audacias visuales, estableciendo los valores singulares del grabador.<br />
"La Nación" consagra al artista:<br />
"Las xilografías de Víctor Delhez nos llegan con todos los caracteres de lo excepcional.<br />
Nada se vió aquí, como conjunto, de pareja calidad. Estos grabados lo serían de excepción en los<br />
centros de mayor cultura de Europa. Pocas veces la ciencia de un artista se unió a tan cálida onda<br />
emotiva; refleja el mundo interior de un gran poeta; sus figuraciones viven en una atmósfera irreal.<br />
Obra compleja, inspirada, poco frecuente en nuestros días. Técnicamente se opone a la práctica<br />
tradicional ampliándola; no le bastan los valores esquemáticos de blanco y negro, por lo cual<br />
añade una tercera dimensión; la media tinta y más aún: los muchos colores contenidos entre los<br />
dos colores extremos. Víctor Delhez es uno de los grabadores más representativos de nuestra<br />
época".<br />
—Delhez… ¿Quién es Delhez?<br />
Es un hombre bajo, delgado, frisando en la treintena. Pasaría desapercibido si no fuera la<br />
espléndida cabeza, que parece aventada de un lienzo primitivo. La tez tiene tonalidades de marfil.<br />
Fina, desordenada la cabellera. Noble el perfil. La barba fluye suave y cerrada, contrastando con la<br />
claridad de la piel. Y siempre el mira de unos ojos azules que ignoran el imperio de la altanería. La<br />
esencia del rostro asoma en el mirar: ojos lúcidos y fríos, penetrados de una fuerza tranquila que<br />
sabe sus caminos: en ellos concentra el hombre su máxima vitalidad. Delhez vive por los ojos que<br />
se adelanta, se preparan al salto cual si fueran a sumergirse en la naturaleza. Ojos serenos, que<br />
se movilizan con asombrosa rapidez dentro de las órbitas, se diría que un sentido táctil adhiere su<br />
mira a los objetos. Observando sus acciones y pasiones, se comprende que el artista nació señor<br />
de la visión.<br />
—¡Curioso: parece un viejo conocido!<br />
—Es un nórdico barbudo de leyenda.<br />
—Parece un profesor alemán.<br />
—¡No, no! E s una cabeza de Van der Goes, de maravillosa expresividad… ¿Recordáis los<br />
ángeles aéreos y patéticos de "La Adoración de los Pastores"?<br />
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