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EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes

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"Resuena la columna; el triglifo resuena.<br />

El templo todo canta con música serena."<br />

Esa serenidad es su característica distintiva. En cambio la catedral gótica levanta las<br />

bóvedas nervadas en vilo, horada el cielo septentrional con agujas penetrantes, encierra inmensos<br />

espacios y forja torbellinos de color en sus vitrales, sin entregarse de golpe; antes bien: exige la<br />

frecuencia contemplativa y el juicio meditado para dejarse escuchar. Sus proporciones colosales<br />

hablan de una medida donde el hombre, lejos de señorear el mundo, se siente ligado a la fuerza<br />

suprema que posee su destino y limita su actividad. A la serena perfección del templo griego, se<br />

opone la tremenda inquietud de la catedral gótica.<br />

—Ahora creo comprender porqué Palestrina viene del mediodía y Beethoven de la noche.<br />

—La misma relación que media de Rafael a Miguel Angel.<br />

—Y en filosofía ¿no es diurno Aristóteles, el que define y nocturno Platón el que intuye? No<br />

se trata, pues, del dualismo estético, sino dos manera infinitas de expresarse, que apuntan a<br />

horizontes diversos.¿Por qué no hablar de naturaleza diurna y naturaleza nocturna?<br />

—Parece innecesario. El hombre es el espejo donde se mira el mundo y el arte el espejo<br />

donde se mira el hombre. Todo cuanto éste piensa hace y proyecta es arte, aunque su tendencia a<br />

complicar las cosas lo lleve a subdividir indefinidamente.<br />

—El mundo pasa, alternativamente, de una forma a otra. La cultura egipcia es nocturna, el<br />

griego diurna; medioevo y renacimiento guardan la misma equidistancia; al realismo se opone el<br />

impresionismo…<br />

—Yerras — dijo el Monje Negro —pretendiendo elaborar teorías. No es lícito encadenar en<br />

un sistema las formas vivas de la naturaleza ni las formas de la historia. En línea general, como<br />

tendencia dominante de una época, es lógico hablar de un Egipto nocturno, con sus templos<br />

eternos, su culto a los muertos, su religión abismática; y de una Grecia diurna, con su estatuaria<br />

armoniosa, su ciencia política-moral y sus dioses adecuados a la razón humana. El Renacimiento,<br />

exaltando el culto pagano del cuerpo y la afirmación de la personalidad, contrasta con la Edad<br />

Media, que sacrifica lo temporal a la relación del hombre con Dios. Pero en un orden más<br />

profundo, debemos salir del casillero; no hay épocas de luz ni épocas de sombra, sino almas que<br />

participan de una y otra.<br />

—¿O sea que ambas coexisten?<br />

—Exactamente. Siendo contemporáneos, Fray Luís de Granada pertenece a la primera y<br />

San Juan de la Cruz a la segunda. El Mozart melodioso de los conciertos para piano, se torna en el<br />

Mozart enigmático del quinteto Op. 516. Bach vierte torrentes de luz sobre el fondo nocturno de<br />

sus preludios y esparce sombras majestuosas en la solemne claridad de su música religiosa. El<br />

Beethoven diáfano de las primeras sonatas, el septimino y la sinfonía pastoral, se trueca en el<br />

Beethoven sombrío de la Heroica, el trío al Archiduque y los últimos cuartetos. Shakespeare es<br />

clásico en sus comedias y fáustico en sus dramas y tragedias. Miguel Ángel marcha hacia la noche<br />

en el anhelar insatisfecho del barroco. Goethe, bebe vinos áticos en vasos del más hondo<br />

goticismo. Tiépolo es del mediodía. Rembrandt de la oscuridad. Rubens, más completo, contiene a<br />

los dos siendo igualmente fértil para expresar lo real como lo irreal. Lope de Vega y Goldoni vienen<br />

de lo claro. Cervantes e Ibsen de la sombra. Pero encuentras rasgos nocturnos en aquellos y<br />

diurnos en éstos, porque ambos modos se cruzan y entremezclan como la trama con la urdimbre.<br />

—Pero alguno debe dominar…<br />

—…ciertamente. Haydn pertenece más a la mesura que a lo desmesurado. La Ilíada y la<br />

Eneida son del día. Fausto y Don Quijote de la noche. Pero en el artista universal y entero, como<br />

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