EL ARTE NOCTURNO DE VICTOR DELHEZ - andes
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Cuanto más leía "Las Flores del Mal", creía comprender mejor al Príncipe Negro de la lírica<br />
francesa.<br />
Satanismo literario. Perversión espiritual, son espejos. Baudelaire es religiosidad, grande<br />
angustia humana, dolorosa infinitud del deseo: y un refinamiento en las sensaciones que nadie ha<br />
superado. ¿Se podría ilustrar un nuevo Baudelaire, que redima al primer Baudelaire rechazado por<br />
sus contemporáneos? ¿Cómo alcanzar sus creaciones vibrátiles, el mensaje de imprecación<br />
dolorida, esa síntesis de locura lúcida y grito de fe del renegado? Baudelaire… Catedral gótica de<br />
sublime grandeza, digna del místico esplendor de la Edad Media…<br />
De pronto el súbito entusiasmo: "Ilustre Baudelaire".<br />
Cuando Dáneo supo la decisión se conmovió:<br />
—No quise sugerírtelo. Era mejor que llegaras espontáneamente a tu tema. Pero más de<br />
una vez he pensado que "La Flores del Mal" son dignas de un buen grabador.<br />
Delhez volvió a los libros y a sus instrumentos de trabajo.<br />
Vacilaba aún entre aguafuerte y xilografía, recordando al Durero, que supo extraer la<br />
máxima expresión de los metales, ignorando todo lo que puede rendir la madera. ¿Es superior ésta<br />
al metal? Messer Alberto Durero compuso xilografías como arte barato para el pueblo. Proyectaba<br />
velozmente, sin dar importancia a los hermosos dibujos que hoy admiramos. Trabajaba con líneas<br />
gruesas para adaptarse a la limitada maestría de los "formschneider" o cortadores de forma que<br />
grababan en su época. Durero hubiese cortado la madera personalmente, siendo él mismo<br />
xilógrafo, habría revolucionado la talla en madera, más de los que hizo con el cobre. Un análisis<br />
comparativo de ambos géneros —prescindiendo de los procedimientos decadentes del cobre, que<br />
nada agregan de fundamental— demuestra que el aguafuerte se limita al dibujo superlativo, sin la<br />
inmensa gama de variaciones que recorre la xilografía. Donde el primero contornea con más finura,<br />
la segunda destaca con más vigor. Donde el cobre acude a procedimientos mecánicos, el metal<br />
pierde su carácter; en tanto que el xilógrafo opera con el corte económico, el tonal, el de calidad y<br />
hasta el corte facsímil, permaneciendo siempre en el terreno propio de su arte, que se hace<br />
presente en la íntima estructura de tonalidades y calidades.<br />
Junto a esas reflexiones de forma, aspiraba a transformar la xilografía innovando el<br />
instrumental, obteniendo mayor rendimiento de la superficie gradable, inventando prensas,<br />
componiendo medias tintas, etc. William Morris obtuvo autonomía para el xilógrafo, porque él<br />
mismo proyectaba sus dibujos transportándolos directamente a la tabla. Whistler hizo del<br />
aguafuerte una fuente inagotable de expresión, demostrando que es susceptible de cualidades<br />
pictóricas. Grabadores hubo que, artesanos de su obra, sacaron ellos mismo las copias: retocaban<br />
planchas, ajustaban una línea, tocaban ligeramente otra hasta lograr un estilo característico en el<br />
arte de reproducir la superficie grabada. ¿Por qué no podría un moderno dignificar la xilografía,<br />
elevándola de arte secundario a un arte mayor? El grabado en madera puede competir con el<br />
aguafuerte y las artes de espacio; pero de aquel se ha tocado sólo algunos de sus muchos<br />
registros, en tanto que los otros ensayaron toda su riqueza expresiva.<br />
Una ojeada a la historia del grabado es siempre fecunda. He aquí las imágenes confusas,<br />
apelotonadas, que Schongajuer impregnó del espíritu de la Reforma. Las audaces versiones del<br />
"Apocalipsis" del Durero, que expresan su fantasía tumultuosa apaciguada en la fría cerebralidad<br />
del "San Gerónimo" o "La Melancolía". Los cobres de Holbein, radiantes de sencillez, que dan la<br />
sensación de un arte amaneciendo Aguafuertes de Rembrandt, donde el ritmo lumínico da la<br />
unidad vital al grabado, tal si las figuras no fuesen lo real de la obra, sino únicamente la luz; así el<br />
misterio claroscuro de "Emmaus", "La Cena" y otros pasajes de la Pasión. Van Ostade aúna la<br />
visión extraordinariamente lúcida a la manera artística y técnica irreprochable. En los aguafuertes<br />
de Claudio de Lorena luce la profunda poesía de la naturaleza. De Ruisdael envidiamos la<br />
percepción prodigiosa del follaje; y los cielos de gr<strong>andes</strong> espacios cóncavos, que hablan de la<br />
infinitud septemtrional. Favorito entre muchos, el Cavalieri Piranesi brinda sus "Carceri<br />
d'Invenzione", construcciones de potente dinamismo que Coleridge compara con la visión<br />
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