Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
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OBRAS COMPLETAS TOMO V 137<br />
no rigurosas, es una idea perimida, en el sentido de que poseemos otras<br />
formulaciones teóricas que funcionan mejor frente al conjunto entero de los<br />
hechos. Cualquier concepto científi co puede ser visto como una metáfora, y<br />
el de psicogénesis no escapa a esta condición, pero hay metáforas mejores y<br />
peores en el campo de la ciencia. Mejor que pensar en lo psíquico actuando<br />
como causa sobre el cuerpo, es pensar que el trastorno que se percibe como<br />
somático desde uno de sus aspectos o “caras”, es al mismo tiempo una<br />
fantasía desde la otra, transitoriamente oculta, y que la interpretación que<br />
muta el signifi cado de esa fantasía, muta inevitable y simultáneamente el<br />
aspecto (del trastorno) que percibimos como somático.<br />
Vale la pena aclarar que si la respuesta interpretativa “hiperactiva”,<br />
que mencionaba Chevnik, puede conducir al analista hacia una conducta<br />
omnipotente, el silencio interpretativo puede esconder a la omnipotencia<br />
en su forma negativa. Si es omnipotente sostener a priori una signifi cación<br />
que se sustenta en razones endebles, es también omnipotente afi rmar que<br />
algo no posee una signifi cación inherente por el solo hecho de no habérsela<br />
encontrado. Entre ambos extremos transcurre la posibilidad de hallar una<br />
signifi cación y, como ocurre en el caso de cualquier interpretación, proponerla<br />
al juicio y a la observación repetida, a los fi nes de ratifi carla o rectifi carla.<br />
Tomemos el caso, por ejemplo, de las cardiopatías isquémicas. Se<br />
ha hablado de la importancia que adquiere, en estos enfermos, el estrés,<br />
o el perfi l de personalidad que los norteamericanos designan con el<br />
término “A”, o, como sostiene Liberman, la sobreadaptación. Todo esto se<br />
encuentra, es cierto, en el enfermo que sufre una cardiopatía isquémica, pero<br />
también se encuentra en pacientes que sufren otras enfermedades. Cuando<br />
investigamos en búsqueda de las fantasías inconcientes específi cas de las<br />
cardiopatías isquémicas (<strong>Chiozza</strong> y colab., 1983h [1982]), encontramos un<br />
tipo particular de “deformación” afectiva que se presta especialmente para<br />
ser designado con la palabra “ignominia”, y que presenta una conexión de<br />
sentido con la “forma” del trastorno orgánico.<br />
Sabemos que la observación clínica, en psicoanálisis, progresa lentamente,<br />
porque es difícil acumular un gran número de casos prolijamente<br />
estudiados. En lo que se refi ere al cáncer y a las enfermedades hepáticas, pudimos<br />
acumular una mayor experiencia que en el caso de las cardiopatías isquémicas<br />
debido al tiempo transcurrido desde las primeras investigaciones.<br />
Ya dijimos que aunque no podemos encontrar, para este tipo de<br />
búsqueda, demasiada ayuda en las asociaciones del paciente, disponemos<br />
de los otros materiales que el psicoanálisis clásicamente estudia, es decir, los<br />
mitos, las obras literarias, los usos de lenguaje popular, etc. Es cierto que,<br />
como decía recién Gorlero, no basta para esta tarea el conocimiento de los<br />
símbolos universales clásicos, que son los que se presentaron primeramente