Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
Edición Digital - Fundación Luis Chiozza
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
OBRAS COMPLETAS TOMO V 259<br />
pacientes, son inseparables de este cambio de acento en la objetividad de<br />
la historia que, por “misteriosa” coincidencia de una época, se delinea<br />
claramente en Ortega y Gasset.<br />
En cuanto a la segunda cuestión que nos propusimos plantear, como<br />
ya señalamos, el tema de las protofantasías puede ser integrado con los<br />
postulados que Freud (1900a [1899]*) realiza en La interpretación de los<br />
sueños acerca de la existencia de símbolos universales y típicos, y con<br />
lo que afi rma, en Inhibición, síntoma y angustia (Freud, 1926d [1925]*),<br />
cuando equipara los afectos a ataques histéricos universales y congénitos.<br />
También señalamos que Freud, en el “Manuscrito L”, afi rma que las<br />
fantasías “combinan lo vivenciado con lo oído, lo pasado (de la historia<br />
de los padres y antepasados) con lo visto por uno mismo” (Freud, 1950a<br />
[1892-1899]*, pág. 289). Sin embargo, habitualmente, se establece un<br />
punto de ruptura en la teoría, entre el concepto de fantasía inconciente<br />
como un producto yoico que entra al servicio del deseo y la defensa, y<br />
las protofantasías que provienen de un acervo heredado. Sucede que la<br />
interpretación psicoanalítica o la actividad asociativa del paciente logran<br />
“destejer” en las primeras hasta desembocar en un recuerdo de la infancia<br />
y mostrar transparente el proceso de su construcción. Las protofantasías,<br />
en cambio, son irreductibles a recuerdos. Todo lo que podemos refl exionar<br />
acerca de ellas conduce a una hipotética reconstrucción de un suceso que<br />
pertenece a la infancia de la humanidad.<br />
A partir de este punto es fácil ceder a la tentación de recorrer una línea<br />
que comienza por aceptar la existencia “teórica” de un carácter primordial<br />
en determinadas fantasías, para convertirlo después, tácitamente, en<br />
el testimonio de un terreno vedado a toda penetración psicoanalítica. Aparentemente,<br />
el psicoanálisis nada tiene que hacer con estas protofantasías,<br />
puesto que parecen no ser interpretables en los términos de otras fantasías<br />
inconcientes. En la medida en que son universales y congénitas, y se alejan<br />
de la historia personal del sujeto, se acercan a los símbolos universales y<br />
a un legado instintivo que suele homologarse con un supuesto “sustrato”<br />
biológico, que se considera refractario a todo abordaje psicoanalítico. Si<br />
consideramos la obra de Freud en toda su amplitud, parece deslizarse un<br />
equívoco en el pensamiento que acabamos de exponer.<br />
Consiste en que detrás de la fantasía primitiva que constituye, en última<br />
instancia, el representante-representativo de un impulso instintivo, imaginamos<br />
un representado que carece de las cualidades de la fantasía y nos trasladamos<br />
bruscamente del universo histórico de los signifi cados al universo físico de<br />
los mecanismos. Debo aclarar aquí que no estoy cuestionando las cualidades<br />
físicas del impulso instintivo, sino que no veo necesidad, conveniencia, o dato<br />
positivo alguno, que me fuerce a concebirlo como exento de sus cualidades